jueves, 25 de octubre de 2007

Notas sobre Francia

Voy a intentar hacer un resumen de nuestras impresiones sobre este bello país, para que os hagais a la idea de como son y como viven los franceses.

  • Tráfico:
    • El 95% de la gente respeta los límites de velocidad escrupulosamente, sobre todo en el suroeste. La mayor parte de los adelantamientos, por tanto, se producen muy lentamente en autopistas y autovías. Pongamos que el límite de velocidad en autovía es de 110. Lo habitual es que alguien a 108 adelante a alguien que va a 105, por poner un ejemplo. Eso implica que el adelantamiento puede durar más de un minuto. En carretera se pude decir que casi no existe el concepto de carril de lentos, así que generalmente la gente ni se molesta en adelantar, salvo a tractores y demás vehículos muy lentos (realmente los pequeños camiones dan ido a 90Km/h, el límite en carretera).
    • La gente es muy respetuosa conduciendo (salvo en París, que es un caso aparte). El primer claxon que escuché fue en París.
    • La gente conduce muy bien como norma general, incluso la gente mayor. En las rotondas todo el mundo entra con una soltura apabullante lo que hace que salvo horas muy concretas no haya atascos.
    • Debido al punto anterior casi no hay semáforos ni atascos(salvo en París y no son nada exagerados).
    • En los pueblos las zonas de 30 son zonas de 30, nadie va a 35, así que no suele haber fnada de ruido en las zonas residenciales. Los pasos elevados de peatones están asfaltados y no estropean tanto el coche.
    • En general la gente es muy respetuosa con las motos. Cuando hay atasco la gente se echa para su lado del carril (los del carril de la derecha muy hacia la derecha y en la izquierda muy hacia la izquierda) para que la moto pase por el medio. Eso se hace también en marcha.
    • Los radares apuntan hacia en coche, no como en españa que están de espaldas a la circulación. Hay muchos fijos pero también móviles. Además no están integrados en el coche, si no en trípodes o una especie de prismáticos, con lo que es más difícil verlos.
    • A consecuencia de lo anterior, no se como pillan a las motos, que no tienen matrícula delante. Quizás sea por eso que las motos en general si que van más rápido que la velocidad permitida.
    • El tráfico en París es un caos. En muchos sitios no están pintados los carriles y hay rotondas dónde puede haber 6 o más coches en paralelo. Las bicicletas son multitud y no respetan nada, al igual que las motos. Hace falta bastante habilidad y paciencia para meterse por allí, pero realmente merece la pena.
  • Gente e idioma.
    • En contra de todos los mitos la gente francesa que nos encontramos fué bastante amable. Quizás la gente mayor fuera algo más arisca, pero en general la impresión fue muy buena.
    • En general el francés medio o no sabe inglés o no se atreve a usar el poco que sabe. En el sur alguna gente sabía español y en la zona de Bretaña y Normandía, con la coña de que hay Ferries con muchos turistas desde UK, si es más habitual que al menos chapurreen inglés.
    • El francés medio te saluda con una sonrisa y cara de felicidad. Devolverle una sonrisa y soltar un "buenos días" en francés es un buen comienzo.
    • Palabras que todo viajero debe saber:
      • Bonjour (bonlluuur): Buenos días. Se usa hasta que casi se pone el sol.
      • Bonsoir (bonsuaaar): Buenas tardes. Se usa también de noche como buenas noches.
      • Au revoir (orrbuaa): Adiós.
      • Eau (O): Agua
      • Cidre (sidgre): Sidra. Esto es especialmente útil en la bretaña xD
      • Verre (vegre): Vaso.
      • Petit dejeneur (petit delleneg): Desayuno. Muy útil en los hoteles
      • Diner (dineg): Cena
      • Aperitif (apegitif) : Entrante alcoholico mientras se espera por los entrantes.
      • Dessert (desegt): Postre.
      • Reservation (geservation): Reserva en un hotel.
      • Sac (sac): bolsa.
      • Droite(??): derecha.
      • Gaucghe (??): Izquierda.
  • Vida allí:
    • Los horarios de desayuno suelen ser de 7 a 9 o 10 como muy tarde.
    • Se come de 12 a 2.
    • Se cena de 8 a 10 o 11 como tarde.
    • Todos estos horarios pueden variar en zonas muy turísticas donde suele haber sitios con servicio contínuo.
    • La gente suele desaparecer de las calles por la noche. A las 9-10 salvo en sitios muy contados no hay un alma.
    • El nivel de vida en las compras del supermercado es similar al de aquí. Quizás en algunas zonas sea un 15-20% superior.
    • En general las ciudades y pueblos están muy poco iluminados y siempre con protección contra la contaminación lumínica. En un pueblo en la calle puedes ver las estrellas.
    • La sensación de seguridad ciudadana en francia es muy superior a la de aquí. La policía infunde auténtico respeto. Quizás allí si que tengan ayuda de las leyes para realizar su tarea.
  • Restaurantes y hoteles:
    • En general los precios son similares a los de aquí. Hay hoteles decentes desde 40€. Hay muchas cadenas de bajo coste que frecen servicio genralmente las 24h del día. Las más conocidas allí son Etap, Ibis, Formule1, Campanille, Kyriad...
    • Los hoteles de la cadena louvre-hotels son recomendables. Posee 4 marcas, First Class, Campanille, Kyriad y Kyriad Prestige, ordenadas aquí de menor a mayor calidad. Yo no los recomendaría para pasar más de una noche, ya que generalmente son hoteles de paso, pero si vas de viaje itinerante como nosotros son perfectos. De todas formas la única pega es que suelen estar alejados de los núcles urbanos, si eso no te supone un problema pueden resultar perfectos para ti.
    • Hay una cadena de hoteles rurales llamada Logis de France que es bastante buena también. Hay hoteles mejores y peores, pero suelen tener el sabor de lo local. Nosotros hemos tenido todo tipo de experiencias. Desde muy buenas en general (Le Berp), aceptable por las vistas y el entorno (Damgan) o bastante cutres y con el baño enmoquetado en las paredes (cerca de Orleans).
    • En general las reservas las hicimos mediante el propios buscador de Louvre-hotels, por el buscador de Logis, por easyviajar y por venere.com. Todos ellos son páginas de confianza que funcionaron a la perfección.
    • Los restaurantes ofrecen menú TODOS. Y cuando digo TODOS es TODOS, incluídos sitios como el Gran Hotel de Biarritz (eso sí, allí creo que era 120€). De hecho suelen ofrecer varios menús con más o menos platos de la carta u otros platos distintos. El 99% de los menús no incluyen bebida.
    • El precio de los menús podía oscilar entre los 12€ los sitios más baratos (si no contamos kebabs, pizzas y demás) hasta cantidades elevadísimas, pero por norma general en los restaurantes de nivel medio alto andaba por los 25-30€.
Bueno, supongo que se me ocurrirá más cosas, así que puede que haya una parte dos de esta entrada, pero de momento aquí están las conclusiones. ¿Alguna pregunta o comentario?

domingo, 21 de octubre de 2007

Día 21, De vuelta a casa

Poco que contaros hoy. Salimos a las 10 de Burdeos y a las 19:00 estábamos en Coruña muy cansados tras 900 Km este último día y 4700 Km totales de viaje. A lo largo de la semana intentaremos ir añadiendo las rutas concretas en mapas por si quereis saber exactamente por dónde fuimos. También intentaremos escribir algunas cosas sobre lo que opinamos de Francia y de los franceses, sobre todo a la hora de desterrar mitos como que son malencarados o sucios. También os puedo decir que a día de hoy ya echo de menos ese bello país...

sábado, 20 de octubre de 2007

Día 20, Futuroscope

Hoy nos levantamos con la intención de pasar el día en Futuroscope, con esa intención cogimos el hotel al lado xD. Futuroscope es un parque de atracciones que está a 10 Km de Poitiers. Teníamos nuestras dudas sobre si ir o no, pero al final fuimos. Parte de las dudas provenían de los 35€ por cabeza que costaba la entrada. Al final, además te clavaban 6€ por el parking a mayores, los muy piratas. Nada más entrar cogimos unos aparatos que nos permitían escuchar algunas atracciones en castellano. En teoría eran casi todas, pero al final algunas eran en inglés nada más. Los cacharros eran una puta mierda. Uno se desmontó al poco de salir de recogerlo, y el otro perdió la cobertura del auricular poco después. En fin…
Las atracciones del Futuroscope son, en general, películas IMAX en sus múltiples versiones (esféricos, 3D, etc.). Entramos n el primero y resultó ser una película sobre una pantalla esférica sobre una niña y su caballo (me ahorro los chistes escabrosos). 50 minutos de película Disney que me hubieran encantado de tener… 12 años. Después fuimos a una atracción bastante mejor, aunque tuvimos que esperar media hora para entrar. Era una película en 3D en plan carrera subacuática. Estábamos montados sobre un mecanismo hidráulico que daba unos viajes de la leche. La verdad es que la sensación 3D era impresionante. Parecía que te estabas moviendo hacia delante a toda hostia y los bichos que venían de frente los sentías aparecer delante de tus narices. Después de esta fuimos a otra película sobre el mundo submarino. La sensación 3D no estaba tan bien lograda, pero aún así daba sensación de que los peces estaban ahí. Lo que pasa es que el sistema a veces mareaba. También fuimos a una sobre un tipo que se estrellaba en los andes. Era en 3D también pero se notaba un sistema bastante más antiguo, de hecho Val Kilmer parecía tener 20 años. La última del día fue un planetario medianamente decente. En resumidas cuentas, salimos bastante decepcionados del parque. En general las cosas proporcionaron más bostezos que otra cosa, y jode gastarse tanta pasta. No mereció la pena y nos fuimos a las cinco hacia Bordeaux.
La idea era ir a un supermercado francés antes de partir. En los que habíamos estado siempre habíamos visto cosas con una pinta cojonuda, pero nos reservamos la compra final para hoy. Hay un montón de chorradas en Francia que no hay en España. Estábamos en un Auchan, pero aquí son muy distintos, hay muchas cosas de calidad. Hicimos una supercompra de chorradas, desde foie gras entero, pasando por chocolates, vino, fiambre (impresionante está el viande de Grissons y el jamón normando), queso, pero sobre todo, Bea encontró su amada Cherry Coke, que compramos a puñados. Eso fue el final del día, ahora estamos en el hotel viendo la final del campeonato del mundo de rugby, y mañana nos vamos a Coruña. Escribiremos al llegar, no lo dudéis. Hasta mañana!

viernes, 19 de octubre de 2007

Día 19, Valle del Loira

Hoy se nos volvieron a pegar las sábanas un poco. La verdad es que los días y los kilómetros van pasando ya factura. Al finalizar el día llevábamos 3600, que ya son una cantidad considerable. A las 10 conseguimos salir del hotel y diigirnos hacia el castillo de Chambord. Hicimos una parada técnica en un super, para comprar algo de picar y ver a los locales, que mola.

El castillo de Chambord es el más famoso del valle del Loira. Para que os hagais una idea, está rodeado por un parque (la antigua reserva de caza del castillo) de 36 hectáreas, todas ellas rodeadas por un muro que mide más de 30 Km. Tras aparcar el coche caminamos un trecho hasta la entrada, que está por la parte de atrás. El edificio impresiona, tiene una especie de muro exterior bastante bajo y un edificio central. Todo es simétrico y modular, pero extremadamente bello. La parte de atrás del castillo no fue terminada nuca, por ello le faltan las torres del muro posterior. Dentro no alberga ni una pequeña parte de lo que contenía en los tiempos de su máximo explendor cuando la corte de Luis XIV, duque de Chambord y rey de Francia, eran los habitantes del castillo en el verano. Realmente viendo este castillo no extraña que los campesinos se cabrearan y estallara la revolución francesa. Durante la revolución se perdieron muchos de los muebles, tapices y objetos de este bello castillo. De todas formas, en el interior hay una buena colección de objetos, tanto muebles como cosas de uso cotidiano. Además, la principal atracción arquitectónica del castillo es su escalera central, diseñada por Leonardo Da Vinci. La escalera tiene dos hélices superpuestas, de forma que dos personas pueden subir desde la misma planta por escaleras distintas e irse viendo mientras suben. En la época le gente debía quedarse acojonada con esta solución. Después de recorrer el castillo compramos algunas postales y partimos.

El siguiente objetivo de nustro viaje era Chatonceaux. Decidimos concentrar nuestras ya escasas fuerzas en ver bien dos castillos del valle. Realmente son cuatro los más representativos, pero eligimos estos dos por ser los que más nos gustaban. Chambord era oficialmente el mejor del valle, pero a nosotros nos gustó más Chatonceaux, conocido como el castillo de las damas. Este ya impresiona desde que sales del parking. El jardín que rodea al castillo está lleno de arbolés antiquísimos y flores, además estaba lleno de hojas caídas dando una estampa aún más bonita. Cuando pasas esa parte, te encuentras con una granja que han conservado desde el siglo XVI. Más adelante hay un precioso jardín con cesped y flores haciendo flores, muy clásico. Y por fín, el castillo. Aunque es pequeño, ya impesiona su forma, ya que es un castillo puente. Es un castillo que está sobre un río, lo que hace la estampa impresionante. Antes de entrar decidimos comer alli en un buffet, algo bastante cutre, pero el hambre apetaba. Continuamos poco después hacia el castillo y al cruzar sus puertas uno descubre bellas vidrieras, muebles preciosos y una colección de tapices que llena las paredes. Este está mucho mejor amueblado, con los útiles de cocina de la época y las habitaciones más completas, es más cuco, en resumen. con la entrada habíamos pagado también un museo de cera, en uno de los edificios del recinto, pero lo pasamos rápido porque era cutre. Era mejor pasear por los preciosos jardines.

Al salir del castillo dimos una vuelta por la zona y luego partimos pronto hacia Poitiers, donde ya estamos descansando. Como siempre, ¡hasta mañana!

jueves, 18 de octubre de 2007

Día 18, París parte 2

Hoy nos despertamos con un precioso día. Tempranito por la mañana bajé a pagar zona azul parisina. Pregunté en el hotel dónde comprar las tarjetas de estacionamiento, ya que en los parquímetros no se puede pagar con monedas. Así que hay que comprar unas tarjetas monedero como las de las cabinas de España. Es "ligeramente" caro. En la zona de la torre Eiffel, que no es de las más caras, son 2€ la hora. En el centro son 3€ la hora, así que compré una tarjeta de 30€, aunque sabía que me iba a sobrar algo. Realmente es carísimo aparcar en París, pero al menos hay dónde, no como en Londres. Desayunamos en el hotel, que estaba incluído en el precio, y nos fuimos a ver la más famosa atracción de París, por seguir haciendo las típicas cosas de buenos guiris.

Cómo ya eran las 10 y media, había cola. Era inmensa, pero cuando subimos todavía era más grande. Tardamos casi una hora en subir, pero que coño, con el día que hacía, la vista debía ser la hostia. 17€ más pobres cogimos el ascensor hasta a planta 2. La torre tiene 3 plantas, dos de ellas medianamente grandes y la tercera es el mirador de lo alto. He de reconocer que soy bastante acojonado con las alturas, y la idea de subir a lo alto no me agradaba demasiado. Así pues, nos quedamos en la segunda planta que ya iba llegando de alto (calcular 140 metros, más o menos). La vista era la hostia, llegaba hasta el infinito con casas y casas. Hicimos muchas fotos de los monumentos más emblemáticos de parís desde arriba, hicimos unas compras, Bea tomó un café para recuperarse un poco del frio y bajamos a la planta 1. En la planta 1 hay un pequeño museo de la torre, un restaurante donde las cenas cuestan 60€ y algunas tiendas de souvenirs. Tras un rato allí bajamos caminando hasta el coche para dirigirnos a la zona de la plaza Vêndome.

No sólo íbamos hasta allí porque fuera una zona bonita. El hecho es que ayer busqué dónde satisfacer en París una de mis múltiples aficiones, la cocina japonesa. Hay ingredientes básicos muy compliados de conseguir en Coruña, así que busqué un supermercado y hacia allí fuimos. Para mí aquello era la hostia, no sabía parar de meter cosas en la cesta xD. Al final compré muchos ingredientes y algo de cerámica (preciosa). Los dependientes del supermercado fueron muy majos y me ayudaron a encontrar las cosas que buscaba, dentro de su limitado inglés. Tras acabar de comprar, metimos las cosas en el coche y nos fuimos a buscar un restaurante, como no, japonés, para redondear el día. A pocos metros de allí encontramos un restaurante del que había oído hablar en internet, el Sapporo. Allí los comentarios decían que hacían un ramen delicioso. El ramen es una sopa tradicional japonesa con fideos, echad un ojo a las fotos que acompañan para haceros una idea. Pues bien, aquí ponían unos calderos, porque de otra forma no se definirlos, de ramen. Eran enormes las raciones y, además, habíamos pedido en el menú algo a mayores, y aunque fuera pequeño el acompañamiento, no dimos acabado la comida. Los que me conoceis sabeis que soy de mucho comer, pero es que esto era imposible. Pues bien, los dos menús con bebida fueron 30€, en pleno centro de París.

Para bajar la comilona nos fuimos a dar una vuelta. La primera intención era ir al museo de Orsay, a ver pintura impresionista. La putada es que estaba cerrado debido a que en Francia están de huelga de transportes. Menos mal que fuimos a Paris en coche porque hoy casi no había buses ni metro. El porqué una huelga de transportes afecta a un museo no lo entiendo mucho, pero bueno. Decidimos entonces pasear por la zona, echando un ojo a las tiendas, muchas de ellas de firmas muy caras, y buscando curiosidades (y Bea además, bolsos, zapatos y de eso). Tras dos horas deambulando volvimos al coche para salir ya de Paris dirección Orleans, a 140 Km. La ciudad nos despidió con una puesta de sol preciosa, donde parecía que el cielo estaba pintado.

Así hoy estamos descansando pronto en el hotel, que estamos reventados tras ya 3300 Km de viaje. Hasta mañana!

Día 17, Playas y París

Hoy salimos por la mañana dispuestos a ver las playas que nos faltaban del desembarco, sobre todo el museo de Arromaches Les-Bains y el Pegasus Bridge. Arromaches es un pueblo pequeñito pegado a la costa. La playa parece mucho más estrecha que Omaha Beach. Hay todavía restos del puerto temporal que los aliados montaron aquí para abastecer a las tropas después del desembarco. Nos fuimos a un museo que estaba flanqueado por piezas de artillería y vehículos originales de la época (pero inutilizados, que no penseis que no probé xD). El museo contenía maquetas de cómo era el puerto, peor lo más importante era la gran colección de armas, equipo de combate, uniformes e insignias de todos los ejércitos que participaron en el desembarco. Tras comprar un par de cosillas allí, dimos una vueltecita por el pueblo y partimos por la carretera de la costa hasta el siguiente punto de interes.

Pegasus bridge no sería más que un pequeño puente levadizo si no fuera por la importancia histórica que tuvo en el desembarco. Las tropas inglesas lo defendieron a morir mientras llegaban refuerzos que los apoyaran para evitar que las tropas alemanas pudieran cruzar el río y acceder a la zona del desembarco. Hacemos unas fotos del puente y partimos hacia Paris, no sin antes recorrer Caen en coche. En Caen hay un par de abadías muy majas y un castillo de Guillermo el Conquistador, que parece ser que era de allí.

Tras un par de horas de carretera llegamos a París. Esto no entraba ni de coña en nuestros planes, pero nos apetecó variar un poco y encontramos, por 95€ con desayuno incluído un hotel bastante cerca de la Torre Eiffel (de echo si asomamos la cabeza por el balcón se ve bien grandota). Eso nos animó, así que llegamos, buscamos el hotel y nos registramos. Tras ello nos dedicamos una horita a recorrer París en coche. Es una ciudad realmente bella. Es bastante caótica en cuanto al tráfico, ya que en muchos sitios no hay carriles dibujados. Además, algo bastante habitual en Francia, cuando hay un semáforo en verde no quiere decir que puedas girar a la izquierda, si no que se abre en verde en los dos sentidos y debes ceder el paso a los que vienen de frente. Esto hace que los semáforos tarden menos en abrir pero sea un caos. De todas formas se respira vida en el ambiente, y se nota que es una ciudad muy cosmopolita. Aparcamos, si, aparcamos, cerca del Louvre y nos fuimos a dar un paseillo. Hicimos unas compras en un centro comercial subterráneo él, y paseamos por el centro. Cuando se hizo de noche se nos ocurrió ver si había cerca un embarcadero de las típicas barcazas que recorren el Sena. Tuvimos la suerte de que el embarcadero estaba alli cerca, así que nos dimos el típico recorrido en barcaza de una hora donde ves los principales monumentos de la ciudad. Es una pasada verlos de noche, tan bien iluminados, en un recorrido por el que pasas por la Torre Eiffel, El Louvre, Notre Dame... El recorrido fueron 11€ por cabeza, no esta nada mal, teniendo en cuenta que si cobraran más yo creo que tendrían gente igual, no hay nada más típico...

Al acabar el recorrido, fuimos a buscar dónde cenar. Acabamos en un restaurante francés muy cuco cerca de dónde habíamos aparcado el coche. Cenamos dos menús de 17,50€ + bebida. De entrante yo tomé carpaccio de salmón y Bea unos filetitos de pescado marinado (no me acuerdo cómo se llamaba). De segundo Bea tomó una pechga de pollo con una salsa de queso y yo un estofado de Buey. De postre mousse de chocolate y creme caramel. Con bebidas y propina unos 40€ en total. Y luego dicen que Francia es cara. Hemos cenado a 200m del Louvre por 20€ por cabeza, una cena que costaría lo mismo en Coruña. La verdad es que en España cada vez tenemos menos poder adquisitivo. En el restaurante estuvieron toda la cena pendientes de partido de Francia de clasificación para el europeo, y al final andaban todos felices por haber ganado...

Nos fuimos a las 11 para el hotel, así que ya veis a que horas escribo. Buenas noches y hasta mañana.

martes, 16 de octubre de 2007

Día 16, Normandía

Hoy nos levantamos algo tarde, nos quedamos un poco dormidos después de las emociones de ayer. Desayunamos muy bien en el hotel y, cuándo salíamos vimos que era día de feria en Ducey. Dimos la vuelta y paramos a ver que había. La gente compraba pescados, quesos, ropa y alimentos preparados. El olor de una especie de criollos que preparaban en unos puestos inundaba la calle. La recorrimos toda sin decidirnos a comprar nada, aunque todo tenía buena pinta, y partimos hacia Fougerés.
Fougerés tiene el castillo medieval más grande de Europa. Es una pasada, y se agradece el cambio dado que por aquí los que se estilan son los castillos renancestistas. La pena es que estaba ya cerrado dado que tenía un horario de mierda fuera del verano (de 10 a 12 y de 16 a 18, me molaba trabajar ahí). Dimos la vuelta alrededor del castillo viendo el foso, las almenas y los molinos. En la parte de abajo había una iglesia que realmente impresionaba por dentro. Las vidrieras en esta zona son espectaculares. Descubrimos una marca en el suelo parecida a las del camino de santiago, pero que marcaba la ruta de peregrinación hacia el Mont Saint Michelle.
Tras salir de allí nos dirigimos hacia la costa, a la zona de los tiros. Paramos en Carentan, que es un pueblecito que parecía bastante deprimido económicamente (dentro de Francia, digo). Nos acercamos a la iglesia, dónde se pueden apreciar marcas de la guerra en las paredes, llenas de cascazos probablemente de disparos. A pesar de esta restaurada (se notaban partes arregladas como las vidrieras) no se podían ocultar cosas como las marcas dejadas por los soldados grabadas en las piedras de la iglesia. Después de hacer una parada técnica en un super, seguimos hacia Point du Hoc.
Pont du Hoc es un cabo donde los alemanes tenían baterías de costa. Los Rangers americanos escalaron los acantilados acabando con la artillería horas antes del desembarco. Hay un monumento recordando el hecho y restos de bunkers. También se ven un montón de hoyos en el terreno con pinta de haber sido producidos por disparos de artillería. Los demás turistas son todos jubilados, a lo mejor volviendo a donde ya estuvieron de jóvenes… De ahí continuamos hacia Omaha Beach, donde desembarcaron los americanos. La playa está llena de monumentos a los fallecidos, y había un museo en cada esquina. Recorrimos un cacho de la playa por la arena, imaginando como sería ver aquello en el momento del desembarco. Luego continuamos un rato por carretera, que la playa en cuestión debe de tener 20 Km, o casi. Como ya se hacía de noche partimos hacia el hotel en las afueras de Caen, para ponernos al día con los deberes y descansar mucho, que de cena vamos a picar delicias regionales variadas, y mañana vamos a salir pronto a ver museos y la ciudad y después PARIS (pedazo de locura de última hora).

Día 15: Mont Saint Michelle y Saint Malo

Hoy por la mañana nos levantamos en Lamballe y desayunamos, en principio, lo que dejan en los Kyriad (unas galetas y un café). Después lo completamos en la panaderia de abajo con una manzana y un bollo con crema y chocolate (rápido y barato). Arrancamos dirección Mont Saint Michelle porque aunque nos quedaba más cerca Saint Malo, la abadía cerraba antes.

El Mont Saint Michelle impresiona ya desde lejos. Es una pasada contemplarlo mientras te acercas, rodeado por unos inmensos humedales donde pastan las ovejas. Aparacamos relativamente cerca de la puerta (a 5 minutos andando) tras pagar 4€ por el parking. El sitio estaba bastante lleno de turistas, y eso que era octubre. No me quiero imaginar como estaría esto en Agosto, sólo hay que ver las enormes explanadas de aparcamiento para hacerse una idea.

No se como describiros el sitio. Nada más entrar una calle estrecha sube y sube y no para de subir. En ella hay casitas típicas normandas con hoteles, restaurantes y tiendas de souvenirs (y mogollon de Japoneses). Cuando acaba la calle unas escaleras te llevan al interior de la abadía. La entrada cuesta 8€ por cabeza, pero os aseguro que merece mucho la pena. Una vez dentro es una pasada. Hay un montón de estancias a cada cual más bonita, con unas vistas impresionantes. Además, hay jardines muy cuidados con árboles y flores. Tambien vimos un par de lareiras gigantes, que debían servir para calentar y dar comidas. No nos extraño demasiado oir a varios guiris hablar en cristiano, al fin y al cabo el Mont Saint Michelle es patrimonio de la humanidad, y bien merecido. despues de recorrer toda la abadía comimos en uno de los restaurantes tipicos unas gallettes, que son lo que nosotros conocemos como Crepes. Lo que pasa es que aquí las Crepes saladas se hacen con trigo sarraceno y se llaman así. Las comimos con unos rellenos sencillitos y con postres. Bea se tomo una creme caramel (que sabía a flan, ya semos como le llaman aquí aunque tenga otra pinta) y yo me tomé una tarta de manzana muy rica. Total, 30€. Salimos de allí a eso de las tres y tomamos camino hacia el hotel en Ducey.

Ducey es un pueblecito a 15 Km del monte y es muy bonito. Está lleno de casas normandas de piedra, y el hotel está en un molino. Nuestra habitación da a la calle y no al río, pero es muy acogedora. Realmente es un hotel donde uno puede pasar unos días. 61€, aunque mañana vamos a desayunar a lo grande, con lo que se transformará en 81€ (aquí los desayunos se pagan de carallo). Despues de registrarnos partimos dirección Saint-Malo.

Saint-Malo es una ciudad de piratas. Bueno, lo era, ahora lo es menos xD. La zona amurallada es como si se hubiera quedado en el XVII, cuando fue gobernada por piratas. Fue muy destruida en la segunda guerra mundial, pero ahora está toda restaurada. La verdad es que es mágica, uno podría imaginar como era en aquellos tiempos. Nos quedamos paseando un par de horas hasta que se hizo de noche. Recorrimos la playa un poquito, caminando por la arena hacia un fuerte al que con marea alta no se puede llegar. Teneis que ver como son las mareas por aquí, es realmente impresionante que diferencias. Cenamos otra vez Galletes, pero esta vez más curradas. La mía de salmón ahumado con Creme Fraiche, y la de Bea con pescado (salmon y un pez que está buenísimo y se llama loup de mer) y langostinos. De postre tomamos dos crepes. Bea uno con chocolate y yo uno con manzana flambeado con ron (porque no les quedaba calvados). Todo ello regado con sidra autóctona. La sidra de aquí me encanta, me gusta más que la asturiana, aunque esta tenga un poco de gas. De hecho me llevo un par de botellas para allá... Nos fuimos de Saint-Malo a la nocturna hora de las diez de la noche, que en esta parte de Europa, y más por semana, es como si fuera de madrugada...

Mañana toca Caen y las playas del desembarco, a ver si no llueve...

PD: Siento que llevemos dos días sin poner fotos. Espero solucionarlo mañana por la mañana o como muy tarde mañana noche. Ahora toca dormir...

lunes, 15 de octubre de 2007

Día 14. Bretaña parte 2

Hoy nos levantamos con intención de recorrer lo que nos queda de Bretaña y dormir ya cerca de Saint Malo y el Mont Saint Michelle. Como todos estos días hacía niebla. De hecho sólo podíamos intuir el mar, a pesar de que estaba a poco más de 100 metros. Aquí las diferencias de mareas son la leche, esta noche he leído que hay más de 14 metros de diferencia. Fuimos a tomar un desayuno que estaba incluido en el precio de la habitación y partimos con destino a Carnac, a ver los monumentos megalíticos.

Llegamos a Carnac con intención de ver el Museo de la Prehistoria, pero al final pasamos y nos fuimos directos a ver los megalitos. Hay tres alineamientos, a cada cual más especular. Cada uno de ellos tiene más de 1000 megalitos alineados en varias filas. Estoy seguro que hay quién piensa que son pistas de aterrizaje de ovnis xD. Lo que impresiona es no saber porqué han levantado todas esas piedras, algunas de varias toneladas, y cómo lo han hecho. Los alrededores del alineamiento son preciosos, con muchos árboles y zonas para aparcar con merenderos. Como siempre, hay mucha gente en bici dando vueltas por la zona. Una vez acabada nuestra visita, nos dimos otro tute hacia la zona de Quimper.


Antes de llegar a Quimper, nos paramos en Concarsau, un pueblo mediano que tiene una fortaleza amurallada. Dentro de la fortaleza hay un montón de comercios y restaurantes, así como un pequeño parque muy bonito. Es realmente bonito y tranquilo. Nos subimos a las murallas y dimos un paseo por ellas, para poder ver el pueblo y el mar. Hacemos unas compras y nos vamos dirección Quimper. En Quimper paramos poco, lo suficiente para ver la catedral (impresionante, aunque la estaban restaurando y los andamios tapaban una parte) y el centro, lleno de calles peatonales. Arrancamos hacia Brest, no sin antes parar en un McDonalds (sí, el segundo del viaje, pero es que eran las tres y media y todos los sitios de comer estaban cerrados, que aquí comen de 12 a 2). Paradita Express de 10 minutos y arrancamos hacia Brest, para poder ver el Oceanópolis.

Brest es fea, es lo único que puedo decir. Está bien un poco de fealdad de vez en cuando, si no no puedes apreciar la belleza de las cosas. Es una ciudad industrial, un puerto comercial y militar importante, así como un astillero y arsenal de la marina francesa. Pero nosotros no íbamos a ver Brest, si no el Oceanópolis, un acuario con muy buena pinta. Realmente está muy bien, vimos focas, tiburones, y peces del ártico y de las zonas tropicales, algún video subiremos, porque fotos aquí era muy difícil. Nos quedaban todavía 140 Km hasta el hotel, así que nos fuimos.

Camino del hotel paramos en Morlaix, aunque no estaba previsto. Realmente nos pareció bonito desde la autopista, con su viaducto romano (que debe medir como el acueducto de Segovia) y su canal para que los barcos de recreo lleguen desde la bahía de Roscoff. Seguimos un POI del GPS y llegamos hasta una puerto muy pequeño desde el que ver la bahía. Cuando se hizo de noche salimos dirección Lamballe, dónde teníamos el hotel.

El hotel está al lado de la estación de tren, pero está bien insonorizado y no nos damos cuenta. Los Kyriad estos no están nada mal, son sencillitos y baratos, además tienen recepción 24h. Hoy pagamos alrededor de 50€, lo malo es que no hay wifi en la habitación, así que las fotos del artículo las subo mañana. Nos vamos a cenar a una Brasserie al lado del hotel, llena de gente del pueblo. La cena es normalita, pero no está mal del todo. Yo tomo un brocheta de Saint-Jaques (ahora que sabemos que es vieira) y Bea un escalope a la crema. No están mal, pero saben como en cualquier lugar del mundo. Nos tomamos sendos postres, Bea una tarta de fresa muy rica y yo un queso fresco cremoso (casi parecía yogur) con coulis de frambuesas. 30€ por las dos comidas, a precio de Coruña o menos. Aún nos echamos unas risas con los parroquianos, todos muy simpaticos, y nos fuimos al hotel, a conectarnos un ratito, que mañana toca día completito. Saint Malo y el Mont Saint Michelle. Vamos a hacer menos km, que llevamos muchas panzadas seguidas. El coche nos dice que llevamos unos 2200 Km recoridos, y me da que nos queda al menos otro tanto…

Hasta mañana!

domingo, 14 de octubre de 2007

Día 13, llegamos a la Betaña

Hoy ha sido un día largo, y de muchos kilómetros. El objetivo para hoy era ir a dormir a Damgan, cerca de Vannes, en la Bretaña. Ello suponía, sin desvíos, más de 400 Km, pero no nos interesaba demasiado nada por el medio. Quizás fuera buena idea ir a Nantes, pero no nos apetecían dos días seguidos de ciudad, y la idea es ir a Nantes cuando recorramos el Loira, si da tiempo.
Así pues, después de desayunar una bandejita de cortesía que dejan en la cadena Kyriad, con unas galletitas y unos sobres de te y café, arrancamos dirección norte. El viaje lo marcamos en dos etapas. Primero pararíamos en La Rochelle, a medio camino.
Al llegar a La Rochelle, no nos gustaron los alrededores (en la guía parecía muy bonito el puerto antiguo, pero había que recorrer mucho de una ciudad industrial para llegar), así que fuimos hasta la Ille de Ré, a la que se puede llegar por un puente (de 9€ de peaje). Pensamos que la isla no era muy grande, pero cuando la fuimos recorriendo nos dimos cuenta de que pequeña, lo que se dice pequeña, no era. Unos 30 Km de largo por unos 5 Km de ancho. La verdad es que es una pasada para ir de vacaciones familiares o deportivas. Había un grupo de gente haciendo Kite Surf en las playas más ventosas. La isla estaba llena de carriles bici, y había mucha gente utilizándolos. Recorrimos algunos pueblecitos y nos dirigimos al Faro de las Ballenas, al final de la isla. Tras una vista del bonito faro, nos dirigimos a Damgan, decidiendo no parar a comer y picando algo en marcha en el coche.
Tras otros 250 Km, y tras atravesar Nantes llegamos a Damgan. Es un pequeño pueblo Bretón, con casas de techos picudos y de pizarra. El hotel tiene unas bonitas vistas al mar, y estamos en un tercer piso desde donde divisar el horizonte, por donde de vez en cuando pasa algún carguero. Decidimos que antes de que se ponga el sol iríamos hasta Port Navalo, al final de nuestro lado de la Bahía. Por el camino más pueblos bonitos, como Arzon, donde Bea se compró una Quiche de champiñones en versión mini por 2,5€. Vimos desde unas rocas la puesta de sol, mientras pasaba un velero por la costa. Fue realmente precioso.
En cuanto se puso el sol, nos fuimos a cenar a Vannes. Es la ciudad más grande de la zona, con unos 60.000 habitantes. El puerto estaba lleno de gente, viendo las semifinales de la copa del mundo de rugby, entre Francia e Inglaterra. Hoy tocaba cenar bien xD, así que buscamos dónde.
Tras dar vueltas, acabamos en el L’Atlantique, dónde cenamos de menú. Lo del menú en España se relaciona mucho con una comida barata que se come por semana. En Francia todos los restaurantes ofrecen menú todos los días de la semana al mediodía y a la cena. En unos sitios será de 50€, o 100€ o los que sea, y en otros será de 30, 20 o 10€, pero lo hay en todos lados. Eso sí, los menús son todos bebidas aparte, contadlo si venís por aquí. Para que veáis, pedimos dos menús. Bea tomó una brocheta de Saint-Jacques (como llaman aquí a la vieira), una chucrutte de mer (con tres pescados, mejillones, una cigala, chucrutte y una salsa riquísima). Yo tomé 12 ostras de tres especies distintas de primero, y de segundo magrette de pato con frutas. De postre tomamos dos sendas gordeces. Bea una Mouse de chocolate deliciosa, y yo una copa con nata, merengue y helado. Salimos a cuatro patas por 60€. La verdad es que comer fuera en Francia está saliendo más barato de lo esperado. El sitio de hoy era de nivel medio-alto, y resultó casi al mismo precio que un sitió así en Coruña..
Al acabar de cenar, nos fuimos al hotel, a escribir y a descansar para mañana, que vamos a recorrer media Bretaña.

viernes, 12 de octubre de 2007

Día 12, Bordeaux

Hoy nos obligaron a levantarnos a las 8 si queríamos desayunar en el hotel. Realmente mereció la pena, era todo un espectáculo. El buffet era muy completo, con fruta fresca, tarta, y hasta había salmón ahumado, pero sobre todo, era una marvilla como esta colocado todo, desprendía cariño.Al salir del hotel estaba todo cubierto de niebla, pero prometía irse despejando y dejar un bonito día. Cogimos la carretera dirección Burdeos, pero sin meternos por la autopista, estábamos a poco más de 30Km y queríamos ver los alrededores, aunque fuera sólo un poco (en realidad buscabamos viñedos, el siguiente paisaje monotematico...)

El hotel está a las afueras, cerca de un centro comercial, pero nos gustaba porque tenía cerca el tranvía. Los de recepción sabían muy poquito inglés, pero lo suficiente para que pudiéramos pedir el wifi y que nos indicaran dónde había que coger el transporte. Tras hacer una parada técnica en el Carrefour, salimos dirección al centro de la ciudad. Burdeos es una ciudad muy marcada por el Garona, que llega muy caudaloso a su desembocadura, y es el que lleva moviendo muchos siglos la economía por la ciudad. Las calles de la zona centro son bastante caóticas, salvando las principales avenidas, casi todas medio peatonales por el tranvia. Nos pasamos el día recorriendo el centro y sobre todo la calle comercial principal (bautizada por nosotros como la calle Real de Burdeos) que es grandisima y visitando la explanada des Quicosoes y la catedral, etc. Bea se compró un jersei en H&M, porque dice que nunca la llevo al de Lugo. Comemos en un McDonalds, aunque había muchos puestos de comida ambulante, pero que no despertaban demasiada confianza.

Por la tarde nos fuimos de museos. Visitamos el Museo de Bellas Artes, dónde había un montón de cuadros enormes, sobre todo de autores italianos y holandeses del XVI al XVIII. Luego fuimos al museo de Aquitania, dónde se podía ver la historia de la región, desde restos arqueológicos prehistóricos, pasando por épocas romanas y medievales y acabando en el siglo XX. Dimos otra vuelta por el centro para ver si comprábamos algo más, pero como estabamos destrozados, desistimos y compramos una baguette para cenar en el hotel, y nos subimos al tranvia con otros tresmil franceses con sus respectivas baguettes (pero seguimos pareciendo guiris espesos, menos por las chanclas). Mapa del tercer día aquí. Hasta mañana!

Día 11, Las Landas


Hoy ha sido un largo y bonito día. Por la mañana salimos algo tarde del hotel, a eso de las 10 y media. Nos fuimos a dar otra vuelta por Biarritz. Que bonito es este pueblo, pequeño y con mucho encanto. Nos compramos nuestro primer croissant francés y una especie de pastel de chocolate parecido a una napolitana.
Hay un montón de detalles que describen Biarritz, pero sobre todo es silencioso y ordenado. Llevamos un día y pico por Francia y todavía no he escuchado un claxon. Los coches no hacen casi ruido, las motos no llevan los escapes abiertos y todo es paz, amén de que dentro de los pueblos la gente va a 30 Km/h. Antes de abandonar el pueblecito nos paramos en las Galerías Lafayette, donde Bea compró un gorro muy, pero que muy, gabacho.

Tras salir de allí nos dirigimos al hotel Le Resinier, en Le Barp, a 160 km, en pleno bosque de las landas . Un pequeño hotel de 9 habitaciones muy cucas. 75€ con 2 desayunos se llama, pero creo que merecerá la pena. Tras coger las llaves partimos hacia la Dune du Pyla. Tras 60 Km, dirección Arcachon, llegamos. Sólo puedo decir que es impresionante. Cerca había un merendero donde hicimos nuestra comida de domingueros. Una baguette local, un poco de fiambre y una especialidad llamada Tapenade (pasta de aceitunas negras con anchoas) que nos dio fuerzas para subir. Para ello usamos una escalera de fibra, como buenos guiris. Una vez arriba nos sentamos a contemplar el paisaje. A un lado, pinos hasta donde alcanza la vista (y a 150 metros de altura alcanza mucho…). Al otro, el mar, destacando sobre todo la bahía de Arcachon. La verdad es que la vista es espectacular. Al volver intentamos tomar un atajo y tuvimos que caminar un rato de lado por la duna. Seguimos las huellas dejadas por otros intrépidos aventureros hasta el punto de partida, pero llegamos muy cansados. Paramos en un chiringuito de souvenirs para coger una postal y partimos hacia Arcachon.

Arcachon es un pueblo de tamaño parecido a Sada, con calles estrechas y un gran casino. Damos unas vueltas con el coche, pero no nos apetece quedarnos a cenar, así que vamos a buscar otro sitio al otro lado de la bahía. Al llegar allí, tras 40km casi todos ellos a 50 km/h (y luego nos quejamos de Galicia), vemos que está todo un poco muerto fuera de temporada. Decidimos volver a cenar al hotel, que nos tenía buena pinta y estaba lleno de franceses.

La cena fue todo un espectáculo. Cuando llegamos por la mañana la recepcionista hablaba español, pero los camareros ni papa de español ni de inglés. Tras hacerle entender que queríamos cenar, nos dan la carta. Intentamos entender lo que ponía, yo fui a lo seguro. Escargots a la Borgoñesa se llamaba, me encantan los caracoles, aunque quizás algo fuerte para cenar. Bea pide Ris de Veau, pensando que era un arroz y eran ¡mollejas!, y ella las odia. Nos traen de entrantes unas ostras, un poco de sopa de espinacas y un trocito de melón. Los caracoles estaban estupendos, aunque eran una guarrada para comerlos con las manos y palillos, como manda la tradición. Las mollejas Bea las comió como pudo (lo que hace el hambre). Los postres espectaculares. Yo tomé un Capuchino de frambuesas. Llevaba crema de leche, frambuesas, galleta y helado de frambuesa, simplemente espectacular. Bea tomó un postre de chocolate con helado, que tenía toda la pinta de ser un Coulant aplastado con un helado del que no supimos apreciar concretamente de que era, pero estaba bueno.
Ahora a dormir, y hasta mañana, que nos espera Bordeaux!





miércoles, 10 de octubre de 2007

Dia 1, Cruzamos España

Ayer al final acabamos de hacer la maletas a las 3 y media de la madrugada, que noche! Hoy nos levantamos a las 9 y media y una hora más tarde estábamos en camino. Al final, dado que por el norte llovía, decidimos atravesar Castilla. Tras cruzar Leon, Palencia y hacer una parada técnica en Burgos (en un Pans&Co de un Hipercor, donde compramos un conversor de 12V a 220V para poder cargar el móvil de Bea), atravesamos el País Vasco hasta la frontera. Un bonito arcoiris nos recibió ...
Tras cruzar la frontera, ya estábamos rodeados! Gracias a Marcos, y a su GPS (nota para el interfecto, tiene mejor cartografía de Francia que de España), llegamos al hotel.



Es un hotel batante decente, la verdad. Por 52€ tenemos una habitación limpia, con baño y ducha dentro, TV e internet (que va de pm). Tras llegar y conversar en inglés con el recepcionista (que diferente es hablar inglés con alguien que lo aprendió en clase que hablarlo con un nativo...) nos fuimos a dar una vuelta por la villa. Os dejo unas fotos que hicimos, mañana haremos más.




Ahora andamos en el hotel, descansando. Al final decidimos cenar en plan cutre en la habitación, porque no nos apetecía salir, que estabamos bastante hechos polvo. Mañana iremos a las Landas, a ver si vemos la duna del Pilat y Burdeos... Saludos a todos!

Os dejamos un link del camino seguido aquí.

martes, 9 de octubre de 2007

Mañana nos vamos


Una vez cumplido el deber.... nos vamos! Francia nos espera, o no (a saber si hay alguien allí esperándonos...). Mañana a estas horas andaremos dando vueltas por Biarritz. Ya tenemos un hotelito reservado a 5 minutos del mar, con wifi asegurada, y gratis! Son las 00:00, y todavía no hemos acabado las maletas, nos queda un largo rato de preparativos. Hasta mañana!