martes, 9 de diciembre de 2008

Pamplona

Resumen rápido del viaje, realmente no apetece tanto escribir a la vuelta como durante el camino, que se le va a hacer. Vayamos por partes.

Del viernes poco que contar, fue un viaje plácido. Pudimos salir al final a las seis, con lo que, con buen tiempo y pocas paradas, llegamos a Pamplona a eso de las doce a casa de Carmen y Flo. Tras los abrazos y la bienvenida estuvimos un buen rato de cháchara sin decidir de todo que se iba a hacer el fin de semana.

El sábado por la mañana al final decidimos no ir a Burdeos porque entre unas cosas y otras se nos hizo muy tarde. Así, que tras mucha indecisión, bajamos al centro para ver Pamplona. Aparcamos bajo la plaza de toros y fuimos a recorrer, bajo una fina lluvia, la zona por la que van los encierros. Subimos a lo alto de la ciudad pasando por el mercado, vimos a San Fermín, la Plaza del Castillo, etc. Nos llamó la atención como han recuperado algunas antiguas calles que estaban más bajas que el nivel actual de la ciudad. Vimos también la catedral, que no es gran cosa. Tras la caminata entró el hambre y nos fuimos a buscar donde tomar un pincho. La cosa estaba complicada porque parecía como si toda la ciudad estuviera en los bares. Buscando buscando encontramos un bar donde se iba ya alguna gente y nos tomamos un par de pinchos por cabeza de aperitivo. En todos lados las cosas parecían (y estaban) deliciosas.

Por la tarde las chicas quisieron ir de compras y como estaba lloviendo acabamos en un centro comercial, que realmente es como los de todos lados. Comimos allí en un restaurante un menú que no era gran cosa, donde sólo la tarta de cuajada rebajó la pesadez de estómago proporcionada por la comida. Tras una tarde de compras volvimos a casa de Carmen y Flo para cenar y descansar, que estábamos cansados de caminar.

El domingo nos fuimos a Francia a ver la zona de costa comprendida entre Bayonne y la frontera española. En una hora aproximadamente estábamos ya en Bayonne y nada más llegar nos sorprendió encontrarnos una feria de navidad. Había un montón de chorradillas y algo de comida que era lo más atacado por los locales, sobre todo las gordeces (crepes, castañas...). No había demasiada gente pero era cuestión de la hora, ya que la gente estaba comiendo, más tarde nos encontramos la feria abarrotada. Para nosotros era muy pronto para comer, así que nos dedicamos a callejear y para nuestra sorpresa muchas tiendas estaban abiertas o abrían por la tarde. Cuando quisimos comer ya no nos daban en ningún lado la comida, así que acabamos tomando unos bocatas bastante ricos en la panadería del centro del pueblo. Comimos al ladito de la catedral antes de acabar de ver el pueblo. Al asomarnos a la muralla nos encontramos un partido de rugby local y a bastante gente viendo el partido. Esperamos a que se produjera un ensayo y, en muy poco tiempo, pudimos verlo y continuamos hasta el coche para dirigirnos, a eso de las cinco, hacia Biarritz.

Biarritz es un pueblo muy turístico y, al ser domingo, había bastante gente de paseo y las chocolaterías estaban todas abiertas. Aparcamos en un parking para no comernos mucho la cabeza y dimos un paseo por el pueblo. Al final no pudimos resistirnos y compramos unos macarons y unos bombones. Bea se compró un megamacaron de frambuesa que estaba impresionante. Rodeamos todo el pueblo por el paseo hasta que se hizo de noche y el frío que venía del mar nos hizo continuar el camino.

Bajamos hasta Saint-Jean-De-Luz. Poco vimos del pueblo, caminamos por la plaza, subimos hasta la muralla y nos dirigimos ya hacia España con intención de parar en Hondarribia. En el precioso pueblo vasco dimos unas vueltas para ver si dábamos aparcado para poder cenar pero fue completamente imposible. El centro del pueblo estaba empedrado y había pocos sitios donde dejar el coche y los alrededores estaban abarrotados. Visto la imposibilidad nos fuimos a San Sebastián.

En la ciudad nos encontramos con una noche espectacular, con unos 12 ºC. Nos dimos una pedazo de vuelta por la ciudad vieja y por el comienzo de la playa de la concha. Había gente por todas partes y el asalto al pintxo parecía operación imposible. Así, tras seleccionar un restaurante conseguimos una mesa para los cuatro. De primero cayeron unos calamares y unas anchoas que simplemente diré que fueron las mejores que he comido en mi vida, con una textura mantequillosa, sin espinas, con un buen aceite... De segundo cayeron un par de presas ibéricas con chutney de mango, un risoto de langostinos y una merluza. De postre un par de helados, un pastel de albaricoque asado y una tarta de crema. Muy rico todo la verdad. Cansados salimos de cenar y nos dirigimos a pamplona a dormir.

El lunes partimos, no sin pena, de casa de Carmen y Flo, esperamos verlos pronto. Antes de volver nos dio la tolada y nos fuimos a la frontera francesa a hacer la compra del mes. Quisimos hacer una compra rápida pero fue imposible, nos tiramos casi dos horas y yo sigo sin comprarme la olla de hierro fundido, que se le va a hacer pero no había ninguna que me convenciera. Compramos dulces, quesos, yogures... Al final acabamos saliendo desde Francia a las cuatro de la tarde y no llegamos a casa hasta las once menos cuarto de la noche, cansados pero satisfechos.

¡Hasta la próxima aventura!

jueves, 4 de diciembre de 2008

Escapada rápida

Nos vamos de nuevo. Viaje relámpago para ver a Flo y a Carmen a Pamplona. El viernes, si nada se tuerce, saldremos de puente. Son sólo 700 Km hasta allí, un paseo en nuestro ritmo habitual. No creo que actualicemos en directo, pero prometo escribir a la vuelta y poner fotos.

Por cierto, si quereis echar un ojo a alguna foto más de las que publico en el blog, pasaos por mi cuenta de flickr