Llueve. No mucho, pero toca las narices. Lo justo, pero nunca es agradable. Conste que estábamos esperando a que lloviese para ir a algunos museos, así que aprovechamos. Mientras Bea terminaba de arreglarse salí del apartamento hasta la cercana estación de tren de Euston. Allí cogí una travelcard de un día para poder aprovecharnos de los descuentos del 2x1. Os recuerdo que para que la travelcard os valga tenéis que pillarla en una estación de tren. En fin, que con la travelcard en la mano y con el tiempo muy muy justo nos fuimos al Science musseum.
La verdad es que corrimos bastante por el metro adelante para poder llegar a tiempo pero lo logramos. El objetivo era ver la película Imax 3D sobre el Hubble. La proyección cuesta diez libras por cabeza, así que imaginaos lo bien que sienta dar un cupón de 2x1 para pagar sólo una. Apuramos el paso por el museo (el Imax está al fondo) y conseguimos sentarnos en una sala que estaba repleta de excursiones de colegios (es lo que suele pasar por semana en los museos de Londres). La pantalla era gigante. Según ellos de las más grandes del mundo. Realmente merece muy mucho la pena la proyección, la verdad. Cuenta un poco la historia del Hubble, sus problemas y las misiones que se hicieron para repararlo. Todo ello mezclado con imágenes el propio Hubble explicadas. Todo ello narrado por Leonardo Di Caprio (y no lo digo de coña). Contentos salimos del museo camino del Natural History. Ya habíamos estado, pero que narices, ¡nos encanta!
Entramos en el museo, que estaba repleto de gente. Nos dirigimos primero a ver las gemas. A Bea le apetecía recrearse en la parte conocida como "The Vault". Es donde tienen los mejores meteoritos, los diamantes y las piedrasa preciosas. Nos quedamos un rato y nos fuimos a la cafetería. Es un lujazo tomarse algo allí, en un edificio que tiene detalles para parar un tren. A cada sitio que miras encuentras algo nuevo. Descansamos un rato y nos fuimos a Victoria & Albert, a ver una exposición de ropa de Hollywood. Allí, bajón. Pensábamos que la exposición ya estaba abierta pero no, no empezaba hasta el veinte de este mes. Es una pena, porque la exposición tenía vestuario de muchísimas películas famosas y nos apetecía muchísimo. Así que nada, otra vez será. Nos dimos un pequeño paseo por el museo y lo finalizamos en la tienda (a Bea realmente le apasionan las tiendas de los museos y siempre encuentra algo que le fascina).
Salimos del museo y nos pusimos a caminar en dirección a Knighstbridge. Por el camino encontramos una pastelería de Cocomaya (teníamos una al lado de apartamento del anterior viaje a Londres). Los pasteles de este sitio no son buenos, son lo siguiente. Nos quedamos un rato allí tomando un café servido por dos camareros españoles. Todo el mundo aquí lo dice, hay una llegada masiva de españoles. No unos pocos para aprender el idioma, como hace unos años. Viene mucha genete a buscar trabajo de lo que sea. Un camarero le comentaba a una señora que vienen ingenieros, arquitectos... buscando trabajo de camarero, de limpieza o de lo que sea. Es la dura imagen de la crisis y que no se ve. Gente que le ha costado al estado una pasta formar y que tiene que irse muy lejos a buscar algo con lo que subsistir.
En fin, seguimos camino y acabamos entrando en Harrods (como os decía a Bea le gusta). Dimos un paseo y curioseamos por los zapatos y las cosas de cocina. La zona de tés y galletas como siempre atestada de turistas. Seguimos camino cogiendo un metro en dirección a Piccadilly Circus porque me apetecía ir hacia Carnaby Street. La calle, que fue una calle muy popular en la movida mod, está muy cerca de bullicio de Oxford St y Regent St, pero con la mitad de turismo. Está llena de pequeñas tiendas, boutiques y locales llenos de cosas extravagantes. Si queréis huir un poco del bullicio y las grandes cadenas de las grandes avenidas, esto, junto con Covent Garden, son las zonas de mayor concentración de esto que llaman moda alternativa.
Cuando empezó a cerrar esta zona (cierra casi todo una hora antes que las cadenas) nos dirigimos hacia Oxford St. Allí entré en un HMV a curiosear precios de videojuegos y acabé comprando el Max Payne 3 y el Strangehold ultra rebajados ambos. En la tienda tenían montado un torneo de Fifa 13, con ocho PS3 con televisiones de cuarenta y seis pulgadas. Eran dieciseis días seguidos de torneos de otras tantas personas. Cada día un ganador y, finalmente, una competición de los ganadores. El vencedor final ganaría una PSP vita. Y la inscripción gratuita, nada mal. En el HMV acabé jugando un rato al NBA 2K13 con un londinense que pasaba por allí. Salimos un buen rato después de la tienda y nos fuimos a cenar.
Cenamos en una cadena de dim sum muy conocida de Londres. Ya os había hablado otro día del Wagamama, que nos encanta. Pues el mismo dueño tiene una cadena de restaurantes llamada Ping Pong Dim Sum. En ella puedes comer escogiendo entre decenas de dim sum distintos. Como no queríamos pensar mucho pedimos un menú para dos. Debimos comer unos diez dim sum distintos (cada uno traía dos o tres unidades) y un pequeño postre. Muy rico todo. De allí nos dirigimos a finalizar el día a la parte de caballero del Top Shop. Top Shop es una cadena inglesa que suele ser considerada una cadena de moda de bajo coste. No es Zara, que suele tener muchas cosas básicas y algo de moda para atraer a la gente a las tiendas. Es una tienda llena de moda y aunque es algo más cara que la tienda tipo de Inditex sigue siendo una tienda que marca bastante tendencia a un precio bajo. Derrotados de nuevo salimos de allí camino del apartamento, pensando en que sólo nos quedan dos días para disfrutar de esta ciudad que tantas energías nos quita pero que tantas satisfacciones nos da.
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