En fin, que nos pusimos a caminar, bien protegidos, bajo la nevada. Suerte que vinimos al viaje provistos del material de montaña que teníamos, así que no os preocupéis si pasamos frío, que va a ser que no. Para que os hagaís una idea mi indumentaria de hoy era: calcetines de lana, botas de montaña, pantalón térmico, vaqueros, camiseta térmica, polar, chaqueta de montaña impermeable con forro térmico, gorro de lana y polar y guantes. De hecho esta mañana hasta tenía calor por momentos... Realmente hizo más frío en Londres que el que estamos pasando en París. Sigo, que me lío yo solo... En fin, que caminamos hasta llegar al Campo de Marte que estaba precioso cubierto por la nieve. Seguimos hasta llegar a la torre que estaba cerrada por el mal tiempo. Decidimos quedarnos un rato a hacer unas fotos y nos fuimos a la explanada de Les Invalides. En la explanada hay un iglesia y el museo del ejército. Realmente lo que me interesaba ver era el museo del ejército. Ya sabéis lo que me gusta la historia, y especialmente la historia militar que ha forjado imperios y reinos a lo largo de los tiempos.

Llegamos y nos fuimos derechos al último piso a sentarnos cerca de una cristalera tomando un helado. Después nos pusimos a pasear por el centro comercial (ya sabéis lo que le gustan a Bea). Particularmente lo más interesante del centro comercial es la cúpula Art Noveau. Por lo demás no os llevéis a engaño, es igualito a un Corte Inglés. La diferencia es que hay marcas distintas, pero para mi no tiene el encanto que puedan tener los centros comerciales mejores de Londres, sobre todo Selfridges, pero ni de lejos. En fin, que nos dedicamos a dar vueltas buscando regalos de navidad y comprando algunas cosas.
De allí salimos ya tarde, casi a las ocho, y nos fuimos a buscar donde cenar. Dada nuestra predilección por lo japonés nos fuimos a la zona japonesa de París, cercana al Louvre y acabamos, tras buscar un rato, en el restaurante Origami. Lo decidimos por el viejo método de meternos donde viésemos japoneses comiendo. La verdad es que cenamos estupendamente. Bea se tomó un surtido de yakitoris con sopa de miso, ensalada, encurtidos y arroz. Yo me he tomado un bento con sashimi, tofu recién hecho, yakitori, tempura, arroz y sopa de miso. De postre unos mochis de helado de vahinilla y para el hotel en metro tras tener que hacer dos trasbordos. Lo sigo diciendo, el metro de París es el más desorganizado que he visto en mi vida. Las líneas tienen muy poco sentido como están estructuradas y el metro está realmente sucio. Un desastre, vamos...
2 comentarios:
¡Qué ben o pasades! :)
Besos desde Madrid.
Por cierto, lo de Jose va por Buenaventura Durruti. Xa sabedes quen son.
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