Hoy ha sido un día de relax tras la marcha de ayer. Mayor que va uno ya... Por la mañana nos volvimos a coger las bicis. Es una gozada. Un viaje en bus con la Oystercard (la tarjeta de abonado que es muy facil de sacar y se la recomiendo a todo el mundo) son 80 peniques. Una bici te cuesta una libra un día entero. Y cuando digo un día me refiero a 24 horas, con lo que te podría llegar a valer para muchos viajes. El sistema no está pensado para que te quedes las bicis si no para que las cojas en un sitio y las lleves a otro y las dejes en la parada de destino. Cuando quieres hacer otro viaje las coges en la parada que tengas cerca y otra vez las dejes en tu destino. Pues bien, en bus hasta Portobello road tardariamos media hora. En media hora en bici nos recorrimos Hyde park de arriba a abajo, pasamos por Kengsinton gardens, llegamos al Albert memorial y subimos a Notting Hill. Casi nada...
En fin, que algo sudados llegamos a Portobello road market. Como casi todos los mercados típicos de londres son un poco guirilandia. Quizás el menos concurrido por el turisteo sea Spitafields & Brick Lane, y aún así hay mucha gente de fuera. Me estoy desviando... El mercado bien. Tiene una zona de antugüedades donde hay de todo. Lo malo es que sin saber de antigüedades es muy fácil que te den gato por liebre. ¿Que es antiguo y que es una imitación? Curioseamos un rato por el mercado y sus múltiples galerías de pequeños anticuarios sin comprar nada. Tras pasar una zona en la que prácticamente sólo había anticuarios llegamos a una zona donde abundaban los puestos de comida para llevar, tenderetes de fruta, otros tantos de árboles y plantas navideñas y alguna que otra carnicería que tenía cosas de una pinta estupenda. Bea paró por esa zona a comer unos langostinos con muy buena pinta que no probé porque tenía el estómago de resaca todavía. Mientras ella comía yo me dediqué a hacer mis compras del día. En la zona de Portobello tenía localizada una tienda llamada "The spice shop". Dado que aquí hay cosas que no encuentro para hacer comida (por ejemplo, hojas de curry) me fui lanzado a hacerme con unas cuantas especias que faltaban en mi despensa. De ahí me fui a "Books for cooks", una librería especializada en libros de cocina. Nada más entrar me di cuenta de que la cocina en Londres sigue siendo cosa de mujeres. La librería estaba a tope y era el único hombre mirando para los libros de cocina... Antes de irnos entré en una librería cercana especializada en libros de viajes y que es famosa ser parte importante de la trama de la película Notting Hill, que yo personalmente no he visto. En fin, que paseamos un rato más por el mercado mientras me probaba gorros y sombreros (aun no he encontrado otro que me guste...) y nos volvimos a descansar un rato al apartamento antes de ir de compras por Oxford street.
Mientras Bea se tumbaba en el sofá yo me dediqué a poner al día el blog y a subir las fotos una vez comprado el cable en un tienda libanesa en la que había casi más discos de los camela árabes que material electrónico. Tras parar un rato nos fuimos a Oxford street a curiosear en Selfridges. Es un centro comercial al estilo de Harrods pero menos hortera y rancio. Es menos conocido que el primero pero particularmente me gusta más. Nos dimos un paseo por él como si estuviésemos en un museo de moda y zapatería ya que hay cosas alucinantes a precios también alucinantes. De allí seguimos de compras por las tiendas de la calle hasta que decidimos parar a cenar en un restaurante de sushi que ya conocíamos y que visitamos siempre que venimos a Londres, el "Cape Town Fish Market". Disfrutamos de un buen sushi en el sushi bar y nos volvimos al apartamento parando un ratillo antes en el Top Shop, una macrotienda fashion que hay en Oxford circus y que es de las que cierran tarde. ¡Ahora a descansar y a aprovechar el día de mañana!
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