Día 7 ya en Londres. Vemos como se acerca ya el final de nuestra estancia aquí y taaaantas cosas por hacer... Por cierto, esta es la entrada número 100 de este blog. Quién lo diría cuando empezamos a hacerlo que llegaríamos a las 100 entradas... En fin, que hoy tenía un capricho que darme. Los que me conozcais un poco sabréis que me apasiona la segunda guerra mundial. También os confesaré que me apasiona mucho el mundo de la aviación. Antes de pensar en la informática quise ser ingeniero aereonáutico y todo... Pues nada, que resulta que una buena amiga me comentó que había un museo de la R.A.F. en Londres y allí nos fuimos. Es fácilmemte accesible en metro cogiendo la Norther Line dirección Edgware y parando en la estación de Colindale. De allí son 500m hasta el museo.El tiempo total de viaje fué casi una hora.
El día estaba gris y lloviznaba muy muy poco, lo suficiente para no mojar, pero si para tocar las narices. Salimos del apartamento solo con un té en el cuerpo así que paramos a desayunar en el restaurante del museo. En fin, el restaurante. He de decir que los restaurantes de los museos de Londres son bastante aceptables y nada caros. Sólo desayunamos pero la comida del de la R.A.F. era auténticamente británica y nada cada, a precio de cualquier pub londinense. Nos tomamos un trozo de pastel, un muffin y unos zumos y salimos hacia el paraiso de los amantes de los aviones. Para los no aficionados es difícil entenderlo pero ver tantos hitos de la aviación de combate es apasionante. En los hangares (que al final es lo que son) del museo hay decenas y decenas de aviones de todas las épocas. Desde aviones de la primera guerra mundial (Fokker D.VII, Sopwith Camel,...), pasando por grandes aviones de la segunda guerra mundial (Messerschmitt Bf109, P-51 Mustang, B-25, Spitfire...) y teniendo grandes hitos de la aviación como el Me262 que fue el primer caza a reacción de la historia. A partir de los conocimientos que los aliados sacaron de los científicos que participaron en este proyecto las grandes potencias avanzaron en su conocimiento del vuelo a reacción una barbaridad. Si no llegara ya con poseer una gran cantidad de aviones de las grandes guerras el museo tiene un montón de aviones modernos, ya sea el Eurofighter, el Panavia Tornado, el famoso Harrier o un bombardero estratégico como el Avro Vulcan. En fin, que no os aburro más. Como comprenderéis he hecho hoy mil fotos de aviones y de poco más, ya que salimos a las cuatro de la tarde del museo tras una visita a la tienda donde compramos unas cosillas mientras el dependiente me puteaba un poco por mi acento xD. Otro sitio el museo de la R.A.F. donde no vimos ni a un sólo español y muy muy pocos turistas foráneos. La gente va a Londres con el tiempo muy justo y suele quedarse a ver los sitios típicos sin desplazarse a cosas que no queden en el centro.
Desde allí volvimos al centro. Bajamos en la parada de Tottenham Court Road y nos pusimos a pasear por las tiendas de alrededor. Al poco de empezar paramos a picar algo porque no habíamos comido y nos hacía falta. Tomamos unos sandwiches en un Pret A Manger que viene siendo una cadena que hay cada dos manzanas en el centro de Londres. Van al rollo tirando a sanote y se ve que está de moda. De hecho hay más de estos y de Eat (que son del mismo palo) que McDonalds. Tras comer algo rápido estuvimos bastante rato metidos en una tienda de una cadena muy curiosa llamada TKMaxx. Esta tienda es una mezcla entre un baratillo donde hay un montón de cosas apiñadas y un outlet. Básicamente reciben restos de marcas (muchas de ellas no conocidas en España) y los liquidan. Reciben prendas todos los días con lo que la gente vuelve. La ropa la tienen super apiñada y venden cantidades masivas ya que en cada planta había varias cajas y cola en todas ellas. Salimos de allí derrengados y con ganas de cenar algo y no muy lejos. Tratamos de llegar a un gastropub cercano pero al llegar vimos que estaba a tope y que tenía los comedores de las plantas superiores reservados. Tras pensar un poco y tirar del Google Places me acordé de un italiano que tenía anotado en mi mapa, llamado La Porchetta. Fuimos al primero que abrieron antes de empezar a abrir sucursales debido al éxito. Está en Boswell Street, muy cerquita de la estación de Holborn por si queréis ir. Es una calle en la que realmente no hay gran cosa por lo que si no vais a propósito no lo véis, así que estaba lleno de gente local. Comimos una ensalada de mozzarella de búfala con tomate y sendas pizzas. Tras ellas me tomé un café expresso como no había tomado desde que estuvimos en Italia. Realmente recomendable y con un personal muy majo. De allí cogimos el metro hasta el apartamento realmente cansados y con ganas de zapatearnos para coger fuerzas para mañana.
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