Último día. Poco que contar. Nos levantamos y desayunamos en el jardín. Un zumo de naranja, unas tostadas, galletas, sobaos, café, té y fruta. Lo malo es que algo le sienta mal a Bea. Muy probablemente el zumo de naranja, que a veces le sienta mal tanta vitamina junta. Se pasa todo el día con el estómago revuelto. Sólo paramos un rato en Gijón, pero simplemente por coger algo de comer y hacer que Cloe descanse del coche. A eso de las siete llegamos ya a casa, tras haber hecho casi 4000 km en lo que ha sido nuestro primer viaje siendo tres. Ha sido bastante agotador, pero ha merecido muy mucho la pena. Creo que a la niña le ha venido tan bien como a nosotros. Ha estado fuera de casa todo el día, paseando, con sus padres. Ha disfrutado del buen tiempo, ha conocido a mucha gente nueva y la hemos visto tan feliz como a nosotros. Gran viaje y bonitas fotos para enseñarle cuando sea mayor. Con la ruta final, nos despedimos hasta el próximo viaje.
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