El sábado salimos de Coruña a las dos y cuarto, nada más salir Bea de trabajar. Por delante el sopor de atravesar Castilla. Nada mencionable del viaje, aparte de que había algo más de tráfico que las otras veces y que volvimos a caer en la trampa de nuestro GPS que quiere que pasemos por ¡Valladolid!. Una vez resuelto el trámite llegamos a Pamplona, donde nos esperaba Flo, un buen amigo de la universidad. Llegamos a la hora prevista, a eso de las 21:00 y nos dió tiempo a bajar a cenar en una terraza con una temperatura fantástica para estar disfrutando de la compañía. Cuando acabamos de cenar nos unimos a unos amigos de Flo (y corroborámos que el mundo es muy pequeño). Acabamos de cháchara hasta las tres de la madrugada.
Con este panorama lo normal es que el segundo día nos levantásemos tarde, como terminó ocurriendo, así que preferimos comer en Pamplona sin agobios antes de coger carretera, ya que nos quedaban 600 Km hasta Beziers, donde habíamos cogido un hotelito de carretera (Campanille Beziers). Comimos en los alrededores de la plaza de Castilla algo frugal acompañado de un helado para salir rumbo a Francia. Después de despedirnos de Flo y quedar para la próxima en Coruña (para poder ver a Carmen, que la echamos de menos) partimos a eso de las 17:00. Atravesamos 600 km de coches y más coches para llegar al hotel a las 10 de la noche, dejar las cosas y salir a cenar a lo único que creimos abierto a las 10:30 en Francia, el temido McDonalds. Llegamos, comimos y arrancamos en dirección a Cap D'Adge, uno de los pueblos turísticos de la región. Cuando llegamos ya muchas cosas estaban cerrando, pero pudimos ver que es el típico sitio de turismo con un montón de bares y restaurantes rodeando a una marina. Dimos un paseo porque hacía una noche fantástica (22ºC). Tras dar unas vueltas nos fuimos con el coche para el hotel, ya a la una y media de la madrugada.
Por el camino ya habíamos visto a la vuelta algo que parecía un parque de atracciones así que fuimos a curiosear. El parque en cuestión se llama europark y era una cosata bastante hortera de un montón de atracciones apiñadas paraa toda la familia. Hay que decir que era muy muy grande y se veía desde casi toda la región. No entramos porque era ya muy tarde y aunque estaba lleno no merecía pagar la entrada siendo ya tan tarde. Nos fuimos al hotel pensando ya hacia donde íbamos. Al final tenemos el siguiente hotel cerca de Niza y a ver si hoy vamos un rato a la playa o a la piscina. La ruta aquí.
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