Dimos un paseo y cumplimos mi antojo parando a comer un bocadillo de pastrami en el Monty's Deli tras esperar un montón de tiempo entre pedirlo y que nos lo hicieran.
Nuestra impresión es que estaba muy bueno pero que era muy caro. 7,5 libras por un bocadillo es mucho y por algo similar en USA te cobrarían 5 dólares, pero claro, en Londres es muy difícil encontrar un buen pastrami. Supongo que eso, y el factor hipster del lugar, suben el precio. Eso sí, mi opinión personal es que si queréis tomar un muy buen pastrami, este es el sitio.
Desde allí salimos caminando hacia Burough pasando por al lado del Shard, un rascacielos enorme que han construido hace poco en la ciudad.
El mercado de Burough... Supongo que se puede seguir recomendando. Hay mil cosas para comer, está todo muy rico, pero es un caos. Ahora mismo un sábado al mediodía es casi imposible andar, y ya no os cuento con un carrito de bebé. Estaba a reventar. Lo que era un secreto a voces se ha convertido en un sitio al que ir sí o sí cuando se va a la ciudad. Esto lo ha convertido en algo como Candem Town, un sitio interesante pero que es un agobio. Así que supongo que ha perdido algo de encanto y entiendo que la gente esté buscando nuevos lugares donde encontrar comida callejera porque no hay forma de comer en este sitio con las enormes colas que hay. Aún así nos escapamos un poco de la zona de puestos de street food nueva que han hecho a la entrada y nos fuimos hacia la zona del mercado propiamente dicha. Ahí, que siempre subimos al Roast, decidimos estrenar la parte inferior del restaurante dónde tienen bocadillos para llevar. Nos tomamos unos bocadillos de panceta crujiente con salsa de manzana asada que eran un delicia. Antes de seguir nos tomamos unos zumos recién exprimidos para coger unas cuantas vitaminas. Y por último hicimos una parada en mi tienda de quesos favorita, Neal's Yard Dairy.
Ya había estado y la he nombrado en el blog, pero esta visita fue mejor que nunca. Nos tocó un dependiente super amable al que le dije que estaba muy perdido en los quesos ingleses. Gran decisión. El chico nos estuvo haciendo un recorrido por varios tipos de quesos dándonos a probar. Creo que probamos casi una docena de quesos antes de decidirnos por tres cuñas para comer estos días en el apartamento. Una gran experiencia, sin duda, para los amantes del queso. No dudéis en venir por aquí.
Seguimos paseando por el South Bank pegados al río hasta decidirnos a buscar un sitio dónde darle la comida a Cloe que se acababa de despertar y el cielo se tornaba más gris y parecía que quería empezar a lloviznar.
Paramos en un pub llamado Mulberry Bush. En un ambiente muy acogedor le dimos la comida a Cloe mientras pude tomarme la primera pinta de ale de todo el viaje.
Paramos por recomendación de Pedro a cenar (merendar) a una hora casi inglesa (las siete) en el Taro, un restaurante japonés.
Allí compartimos unas gyozas, Bea se tomó sashimi con arroz que no era gran cosa pero yo me tomé un ramen de cerdo que era muy muy bueno. De los mejores que he comido, con un caldo lechoso con un punto de gengibre y mucho sabor a cerdo. Riquísimo. Todo esto, con bebidas incluidas supuso 15 libras por cabeza. Muy buena elección y muy recomendable si os apetece un buen ramen pero no muy recomendable para el sashimi que era más bien cutre. Desde allí seguimos caminando hacia Picadilly Circus donde nos despedimos de Pedro y Bea que tenían que coger un tren hacia Milton Keynes y no podían quedarse más. Nosotros seguimos camino hasta casa dando un agradable paseo ya que el cielo había despejado casi de todo y la noche era muy agradable.Hoy fueron algo más de ocho km.
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