Que pereza da siempre escribir el último post de un viaje. Es como certificar que se ha acabado y hay que volver a la rutina diária. Atrás quedan días de aventura y diversión y todos los echamos de menos. Cloe es muy pequeña, diréis, pero lleva días pidiendo a su manera coche. Mira melancólicamente por la ventana mientras hace "brrrrrrrrrrr" y a continuación suelta un "¡pepa!¡pepa!". Ella tambien lo echa de menos. Para ella significa estar todo el día de paseo, escuchar nuevos idiomas, conocer gente y ver sitios nuevos. Ahora ella sabe que las vaquitas en Suiza no hace "muuu" si no "tolón tolón", sabe pedir "pizza" y sabe decir "bonllur" y "orbuá". Ha probado comidas, ha visto montañas y ha estado rodeada de sarcófagos. Ella cuando sea mayor no se acordará de nada, pero lo que ella ha evolucionado y madurado estas semanas está ahí a la vista de todos y esas fotos quedarán ahí , para siempre. Tras divagar, como siempre, una pequeña crónica del día de hoy, bastante sosete.
Salimos como podréis adivinar tarde de Pamplona. Siempre nos sentimos bienvenidos así que nos cuesta mucho irnos. Además que Flo salga hacia el trabajo cerca de las doce no ayuda mucho. Así que salimos y nos pusimos a hacer kilómetros, con Cloe disfrutando de Peppa Pig. Al cabo de una hora y media de camino decidió dormirse y estuvo en ese estado hasta cerca de las tres y media. Paramos poco después de Burgos en un área de descanso y tomamos unas tapas mientras le dábamos la comida a Cloe. De allí cogimos carretera y pensábamos parar a eso de las siete a darle la merienda pero decidió volver a dormirse y no la despertamos hasta que llegamos a casa a eso de las ocho.
Casi 5500 Km de ruta, ahí es nada. 60 horas con el coche en movimiento, casi tres días en total. Pero supongo que ya sabréis que para nosotros el trayecto es casi tan importante como el destino. Ahora sólo nos quedamos con ganas de más, como siempre. Ganas de volver en cuanto podamos a Suiza, que es de una belleza inconmesurable. En nuestros viajes sólo hemos visto paisajes parecidos en Austria y quizás en los Dolomitas. Francia se nos va acabando poco a poco, pero cada vez que volvemos a pasar por una carretera descubrimos maravillas nuevas como Orleans, Dijon o Aix-en-Provence. Italia sigue sin entusiasmarnos. Hay sitios, es cierto, pero creo que la parte norte nos sigue gustando más hacia el este que hacia el oeste. Aosta, Milán, Turín... son sitios majos pero no nos maravillan, quizás por su aire decadente y melancólico. Sin embargo el otro lado del norte: Venecia, Verona, Trento... son zonas muy bonitas y animadas, con un ambiente mucho más positivo. Nos queda bajar más hacia el sur para ver si encontramos otra Italia. Sólo me queda despedirme hasta el próximo viaje, que será muy pronto. ¡Hasta la próxima!
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