Primero de nada deciros que llevamos dos días sin actualizar el blog por falta de tiempo, así que hoy toca ración doble. El último día en NY fue una locura por las maletas y el primero en Las Vegas estábamos muertos de cansancio. En fin, que hoy, desde la piscina del hotel :-) escribo ambas.
Nos levantamos en NY con previsiones de lluvia para todo el día. Al final resultó que cayeron dos gotas malamente, así que aprovechamos bien el día. Salimos del apartamento camino de MET, el museo metropolitano de arte que está considerado uno de los mejores museos del mundo. Bajamos del hotel y paramos en la pastelería que tenemos a la vuelta de la esquina. Los mejores cheescakes de NY reza a la entrada, ¡y no van de farol! Además muy recomendables los donuts. El sitio en custión está en la octava avenida entre la calle 30 y la 31 en la acera de la izquierda subiendo. Cogimos un par de pasteles y salimos hacia el metro camino del museo. Un par de trasbordos después estábamos ya muy cerca del MET. Paramos en una tienda en la que hacían smoothies helados y nos cogimos uno pequeño para los dos. Salvo que tengáis mucha hambre tenéis que recordar una cosa de NY, y en general de todos los USA, las cosas se piden mini, regular o, como mucho, small. Los tamaños aquí son gigantes. Un tamaño small equivaldría a uno grande de España en la mayor parte de los sitios. En fin, seguimos con el paseo y llegamos al MET.
La cantidad de gente entrando realmente impresiona. Hay unas diez filas de personas cogiendo entradas y tardamos un rato en conseguir las nuestras. Las entradas del MET son muy curiosas ya que es una chapa de metal con el logo del museo que la gente se pone en la solapa o donde buenamente pueda durante la visita. Nada más entrar te ecuentras de bruces con Egipto. El museo está en un edicifio de corte neoclásico realmente bonito y las coleeciones están muy bien integradas. La de Egipto es impresionante. Montones de objetos decorativos, sarcófacos, estatuas... Continuamos andando y echando un ojo al mapa que parece inabarcable si queremos ver todo: este es el típico museo que requeriría semanas para verlo con calma. Avanazamos por una colección de arte americano con cuadros y muebles. Recuerda mucho a las peliculas de la época de la guerra civil americana y como se veían en ellas las mansiones. A continuación pasamos a una de Europa medieval dónde se pueden ver vidrieras, estatuas, objetos decorativos... ¡Esto es inmenso! Esa frase nos viena a la cabeza cientos de veces. Nos detenemos en una colección de armas y armaduras que por un lado contiene piezas europeas (y la coleción es muy variada incluyendo armaduras francesas, alemanas, italianas y españolas) y por otro piezas japonesas y chinas.
Tras la caminata, nos fuimos a un patio que contiene escultura americana a descansar un rato antes de bajar a un exposición temporal de guitarras y subir a un permanente de instrumentos musicales. De ahí pasamos rápidamente por améríca precolombina para llegar a la parte de arte moderno donde se puden ver cuadros de Picasso, Dalí, Klee... Subimos al piso de arriba que está casi enteramente dedicado a la pintura. Nos paramos en el ala de fotografía y recorrimos rápidamente la parte de pintura flamenca (que me gusta espcialmente) y recorrimos el resto a toda prisa que las fuerzas ya flaqueaban. Medio piso de arriba es pintura europea... De ahí nos fuimos a una parte que me interesaba especialmente, el arte babilónico y mesopotámico. Allí tienen los bajorrelieves de un palacio enteritos para que elos puedass observar y... leer... si es que sabes el idioma y de escritura cuneiforme :-). En fin, que tras un paso rápido por el arte griego y romano (al final acabas ya cansado de ver cosas bonitas) salimos muertísimos del MET.
¿Y ahora? ¿Que hacer en nuestras últimas horas en NY? Fue un gran dilema, la verdad. Al final decidimos hacer una cosa que teníamos pendiente y que nos parecía impredonable. Coger un barco. Salimos primero a buscar donde comer algo y acabamos en un sumermercado de lujo (estábamos en una zona muy cara de NY) cogiendo dos bocadillos de lujazo de a 10$ cada uno. Realmente espectaculares ambos. Cogimos el metro en dirección a Battery Park (el parque que hay en el extremo sur de Manhattan, justo debajo de la zona financiera). Allí tratamos de coger el ferry hasta Liberty Island pero ya no había. La siguiente idea fue ir hasta el terminal del ferry de Staten Island (que es gratis) pero al final nos pareció que no íbamos a ver las cosas todo lo bien que nos gustaría así que fuimos al muelle 17 a coger el Water Taxi.
Tras una caminata de 20 minutos compramos lo tickets y nos subimos al barco. Lo primero que hace es dar una vuelta alrededor del distrito financiero. El guía te vana contando historias sobre los edificios y sobre Manhattan. A continuación se pasa muy cerca de Ellis Island, famosa porque era el punto donde los emigrantes llegaban al país. Después se acerca hasta Libery Island donde el barco se para delante de la estatua un buen rato para que te hartes de hacer fotos de la estatua desde bien cerca. Después pasa debajo del puente de Brookyn y del de Manhattan para que puedas hacer todavía más fotos y da la vuelta en el Brooklyn Navy Yard antes de volver a pasar bajo los puentes y dejarte de nuevo en el muelle 17. Mi recomendación con el barco. Si no queréis gastar pasta pillad el ferry a Staten Island, pero que no os digan que se ve igual que desde el Water Taxi. Ni de broma, vamos.
El ferry de Staten Island pasa bastante más lejos, no para y no te da una vuelta por el sur de la isla. Va, casi recto, hacia Staten Island. Pero claro, es gratis, y el Water Taxi vale 25$ por cabeza, que es una pasta, por 60 minutos de paseo. Si tenéis más tiempo hay unas visitas de la Circle Line que dan la vuelta a Manhattan y que duran dos o tres horas (hay una más larga y una más corta) por unos dólares más. Esó sí, toméis la decisión que toméis, tenéis que ver Manhattan desde el agua, ¡es impresionante!
A la vuelta cogimos otro metro hacia el norte. Estábamos pensando en ir a un musical pero estábamos ya muy derrotados así que simplemente paseamos un rato por la ciudad y paramos en Midtown Comics, la tienda de comics más famosa de NY. Siempre que voy a una tienda de comics me pasa lo mismo. Hay taaantas cosas que compraría que no se por donde empezar. Así que esta vez decidí que me pillaría la miniserie de Osborn que dibujó Enma Ríos (una conocida muy muy maja) y que ha recibido muy buenas críticas en USA. De allí, muertos ya, bajamos hasta el apartamento a volver a pedir comida (visto que el sistema funciona estupendamente). Hoy tocó sushi variado y unos pocos gyoza y a ponerse a hacere la maleta hasta las tantas que había que asegurar las cosas para viajar en avión y había que transportar unas cuantas cosas nuevas.
Echaremos de menos NY!
No hay comentarios:
Publicar un comentario