Tercere y último día en Londres. Hoy estamos un poco tristones porque, como en todos los viajes, comienza el camino de regreso. Realmente es el ecuador, pero lo más emocionante suele ser el alejarse, el acercarse es como un comienzo del fin y no apetece. Hoy poco tengo que contar. Cloe desayunó en el hotel a base de papilla y Bea y yo nos dedicamos a comer galletas que nos quedaban.
Bajamos a pasear por el Covent Garden, que es una zona que nos gusta mucho. Hay una zona de tiendas de ropa de montaña, otra de cosas de diseño, otra de comida...
Está bastante estructurado todo y es divertido comprar por allí. Dimos vueltas haciendo alguna compra pequeña y volviendo a la misma librería en la que le compramos un libro a Cloe el año pasado para comprarle otro. Paramos también en una galería de arte que nos llamó la atención y allí había reproducciones oficiales en lienzo de portadas míticas de Marvel firmadas por Stan Lee al módico precio de 1000 libras.
Estábamos por la zona donde más nos gusta comprar cuando cayó un chaparrón bastante gordo. La verdad es que hemos tenido una suerte estupenda y casi no nos ha llovido, pero de esta nos tocó. No fue casi nada de tiempo pero nos refugiamos en unas galerías de la zona. Lo siguiente fue comer y nos decidimos por el Bill's Restaurant.
La verdad es que la comida fue una grata experiencia. A Cloe le pedimos un menú infantil que en Londres siempre tienen algo especial y esta vez no fue una excepción. Primero le trajeron un poco de humus (que le encanta) con zanahoria cruda y pepino. El pepino no le gusta, pero la zanahoria con el humus se las devoró. Después bacalao fresco rebozado con patatas y de postre brownie con helado. Del brownie dio cuenta Bea y estaba delicioso, amén de ser una ración enorme. Bea se tomó una hamburguesa vegetariana de una queso chipriota que estaba muy rica y yo me tomé un ribeye de ternera que también estaba muy bueno. De postre cayó un eaton mess que llevaba fresas, nata, merengue y azúcar de menta que no estaba bueno, estaba lo siguiente.
Seguimos de paseo tras esto con la niña ya durmiendo y nos fuimos a pasear por regent street, la zona de bond street, Picadilly (donde quería ir al Whole Foods a comprar algunas especias) y terminamos el día en Oxford Street porque queríamos llevar a la niña a la tienda Disney. Lo cojonudo de las tiendas Disney es que ahora son para niños y adultos niños como yo, ya que ahora hay montones de cosas de Star Wars (estaba llena de cosas del Episodio VII) y de Marvel, ademása de cosas de Disney que incluye las películas de Pixar. Así que la soltamos un rato por allí y salió encantada con su juguete nuevo. Tocaba ya despedirse de la ciudad así que cogimos el metro y recuperamos nuestro coche del parking. Si alguna vez se os ocurre la locura de ir a Londres en coche, echad un ojo a las webs de precios de los parkings. Yo estaba asustado viendo parkings en el centro que pedían entre 40 y 60 libras al día y terminé metiendo el coche en uno que estaba relativamente cerca del centro (muy cerca de la estación de Waterloo) por 20 libras al día (unos 28€), que viene siendo lo mismo que pagaría por dejarlo en un parking en Coruña.
Cogimos el coche y salimos hacia el hotel a recuperar las maletas. De allí nos quedaban un par de horas de camino hasta llegar a Dover, dónde dormíamos hoy. En Dover dormimos en un bed and breakfast llamado Crabble Hill House (no se esmeró mucho el tipo con el nombre ya que está en Crabble Hill. No se que pensar del sitio. Resumiendo: la casa era vieja, las cortinas dejaban pasar mucha luz, la cama no era cómoda, el señor era majete, el desayuno me gustó bastante, relación calidad precio estaba bastante bien. Bastante bien para ser Inglaterra claro está, porque de esto puedo hacer una disertación. He alucinado con el nivel de los hoteles en lo que he visto de UK, En general hay muchas casas de huéspedes y pocos hoteles. No haya casi cadenas hoteleras. El nivel no es que sea malo, pero es que malo en relación calidad/precio. Y no es que sea la libra. Si uno ve los precios de Londres comparándolos con lo que he visto con en el sur del país he de decir que me parecen baratos. También me ha limitado que muchos sitios no tienen cunas o directamente no admiten niños. Y por último lo que he alucinado es que los fines de semana se llena casi todo. Pero casi todo en todo el sur del país, es acojonante. No se cual es el problema que tienen para abrir hoteles, pero si todo se llena y no hay más hoteles es que algo se me está escapando.
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