Hoy tocaba un día de bastante carretera. En este viaje minimizamos este tipo de días pero a veces es inevitable. En Estados Unidos a veces hay barreras geográficas inmensas y no hay forma de pasar sin dar un buen rodeo. Además hay zonas prácticamente deshabitadas, asi que la oferta hotelera es también mínima. De esta manera en este viaje la opción era o pegarse un buen tute de carretera, o hacer otra noche en Las Vegas, y no nos apetecía mucho. Así pues, desayunamos en el hotel, volé el dron un ratito de nuevo en Springdale, y nos fuimos camino de Death Valley.
La primera mitad del camino ya la conocíamos, era el mismo camino que hicimos desde Las Vegas a Springdale. En esa zona lo único reseñable es que paré quince minutos en una zona de cañones para volar otro rato el drone. En Las Vegas me equivoqué en un cruce y Bea vio un Walmart y quiso parar. Estuvimos un rato dando vueltas por la tienda aprovisionándonos de comida para tener en el coche. Desde ahí seguimos por la 95, que va por el medio de la nada. Comimos en una cadena llamada BigBoy, un par de hamburguesas y unos tender, llenamos el depósito y seguimos camino.
Un rato después llegamos a Death Valley, un parque nacional en un valle que llega a tener las temperaturas más altas del planeta. No era el caso hoy porque la región está con un frío fuera de lo normal Eso quiere decir que en Death Valley estábamos a 20 grados que aquí se considera fresco. Lo primero que hicimos fue subir a un punto de observación en lo alto para ver todo el valle. Es increíble poder verlo todo, con lo enorme que es, y observar los detalles.
Desde allí bajamos a Zebriskie Point, que es una zona con unas formaciones rocosas bien chulas, que con la luz que había se resaltaba aún más sus ondulaciones y surcos. Estuvimos un buen rato paseando y admirando.
Cuando acabamos nos fuimos otro buen rato a Badwater Basin, el sitio de America más bajo con respecto al niel del mar, a más de 80m por debajo. Está lleno de sal y de unas formaciones de tierra con la sal, asi como una poza de agua extremadamente salada que da nombre al lugar.
Al oscurecer fuimos a hacer el check in al hotel. Esta vez tuvimos la fortuna de dormir en pleno parque, que es un lujazo. Cenamos parte de lo comprado en Walmart y nos fuimos a buscar un lugar sin nadie para ver las estrellas. Hemos tenido algo de mala suerte en este aspecto porque tenemos luna llena, pero aún así se veían bastantes estrellas, y más aún comparado con lo que solemos ver en países con mucha polución nocturna como Singapur. Muy tarde ya, tras estar un buen rato disfrutando buscando constelaciones y haciendo fotos nos fuimos a dormir. Mañana, vuelta a la nieve!
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