domingo, 23 de abril de 2023

Roadtrip en familia - Los Angeles

 Se acabó el viaje, y el último día siempre tiene algo de melancólico. Por la mañana nos lo tomamos con mucha calma. Había planes de hacer más cosas, pero Cloe estaba realmente agotada de la paliza del día anterior, así que salimos tarde del hotel una vez Bea hizo puzzle con las maletas para que cupiera todo. Bea quería coger unas monedas que Disney sacó con motivo de su centenario, así que volvimos hacia la calle que hay entre los parques. Allí hay tiendas y restaurantes, así que buscamos las monedas y tomamos un chocolate y un helado. Hicimos una parada en la tienda Lego sin comprar nada. Tenian un sistema para crear mini figuritas personalizadas con una impresora, pero cuando quisimos hacerlo nos dieron que era por cita y que nada de nada, así que volvimos al coche.


Siguiente parada, la tienda oficial de los Lakers. Soy seguidor del baloncesto NBA desde pequeño, y siempre de los Lakers desde Magic, asi que quería parar en la tienda oficial y comprar algo. Condujimos hasta allí, que está al lado del centro de entrenamiento del equipo, y compré un par de cosillas. Decidimos comer ya, que eran las tres, al lado de la tienda, en una hamburguesería bastante Laker también. Con deciros que mi hamburguesa estaba dedicada a Kobe Bryant, y se llamaba Mamba Burguer. Tras comer quisimos subir hasta el observatorio Griffin, pero el tráfico estaba horrible, así que fuimos hasta Santa Monica, que nos quedaba mucho mas cerca.


Aparcamos en un centro comercial y nos fuimos a pasear por el centro de la ciudad. Realmente es otra de las zonas muy paseables, pero la encontré peor que Pasadena. Quizás el hecho de que Santa Monica sea turistica y Pasadena muchisimo menos influya, pero vi más indigentes, más tiendas cerradas y un ambiente algo más triste. Hablo claro del centro, una vez nos fuimos al muelle estaba casi todo a tope y se veía el turismo. Estuvimos dando un paseo por el muelle y tras hacer fotos y comprar nuestro último imán del viaje, nos fuimos de vuelta al coche. 



 

 

 

 

De ahí en adelante nada muy reseñable. Dejamos el coche sin incidencias en la compañía de alquiler, muy contentos con él. Allí cogimos un shuttle bus que nos dejó en la terminal. El aeropuerto de LA me parece un desastre a varios niveles, pero conseguimos pasar todos los controles sin contratiempos y sin mucha espera en seguridad. Gran parte de ello fue el hecho de que ya no hace falta sacar los dispositivos electrónicos de los equipajes, lo que agiliza muy mucho el proceso. De allí nos fuimos un rato al lounge, que estaba bastante lleno, pero estuvimos en los sillones de la terraza con chimenea, disfrutando de la ultima noche primaveral en un tiempo y descansando antes de subir al avión. El vuelo, debido al fuerte viento en contra, lleva más de lo programado y volamos dieciocho horazas antes de poder aterrizar en Singapur y volver de nuevo a la rutina.





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