lunes, 3 de abril de 2023

Roadtrip en familia - Las Vegas

 El 31 de marzo, viernes por la tarde salimos de Singapur. El tiempo no era muy allá pero nada que hicera presagiar un retraso en el aeropuerto. Pasamos inmigración, que llevaban un día complicado porque se les cayó el sistema por la mañana, y nos fuimos a descansar un rato antes de meternos en el avión. 

El viaje era un rato largo, quince horas de vuelo directo hasta Los Angeles. La verdad es por suerte reservamos con mucho tiempo y pudimos coger a un precio razonable un asiento con más sitio para las piernas que nos ayudó a tener un viaje agradable y sin contratiempos. Como anécdota, Cloe le estaba cogiendo tirria a viajar en avión estos viajes tan largos, pero este lo llevó estupendamente. Ayudó que en vez de la comida habitual le pedí un buen chicken rice y le gustó mucho. La mejor comida que haya comido nunca en un avión, nos dijo.




Aterrizamos en Los Angeles, técnicamentte el mismo día y media hora despues de salir (bendita diferencia horaria) y todo fue un poco rollo hasta llegar al coche. Primero problemas con el finger que tardaaaron un rato en arreglar. Después casi una hora para pasar inmigracion. Por último coger un bus para llegar a la compañia de alquiler. Una vez llegamos a coger el coche, nos llevó otro rato. El trámite no llevó mucho, pero una vez llegamos a coger el coche, nos daban un Jeep Wrangler. No era mal coche para ir por la montaña, pero lo malo es que no tenía una tapa del maletero y en algunas zonas de California hay problemillas de gente entrando a robar a coches. Así que tras hablar con el encargado de darnos el coche, se puso a buscar una solución. Se dio unas vueltas por el garaje y primero nos dijo que no, que no tenia ninguno, así que aceptamos el primer coche que nos offreció. Que oye, no estaba nada mal, pero simplemente teníamos algo de preocupación. Pero al cabo de un rato le dio por pensar que a lo mejor había alguno que estuvieran lavando, así que se fue a preguntar. Al cabo de un rato nos ofreció un Jeep Grand Cherokee Trailhawk, que es la versión 4x4 del SUV. Y este si cumplía todo lo que necesitábamos, tenía buen 4x4 para la nieve y tenía tapa de maletero. Además estaba bastante más equipado para una conducción cómoda.

Así que salimos con el coche de alquiler, nueve de la noche, camino de Las Vegas, a cuatro horas y media de camino. Pero antes de salir, decidimos parar en un In&Out, una famosa cadena de hamburgueserías de California. Estaba realmente cerca y era un forma de llenar el estómago con algo que queríamos probar y que es, en cierta medida, muy mítico del aeropuerto de Los Angeles. 



Con la barriga llena salimos con direccción a Las Vegas. La verdad es que el tráfico era intenso pero apenas tuvimos atasco ni incidencias. El coche la verdad es muy cómodo de conducir, tiene suspensión neumática que ayuda con los baches habituales en las carreteras americanas, y el  equipo de audio es estupendo. Así que tras un camino algo aburrido, al ser de noche, llegamos pasadas las dos de la madrugada al hotel de las Vegas, el Desert Rose Resort.

Al día siguiente, el 1 de Abril, el plan era hacer ago de compras y de intendencia. Una vez levantados, nos fuimos a echar gasolina. De allí nos metimos por zonas residenciales de Las Vegas hasta llegar a una zona comercial para ir a una tienda de senderismo de una cadena muy popular en Estados Unidos llamada REI. Alli nos pasamos la mañana buscando equipo que nos faltaba para las condiciones que nos vamos a encontrar los próximos días. Una vez  terminamos paramos a comer en una taquería llamada Wahoo's Fish Tacco. La verdad es que sin ser sobresaliente, la comida estaba rica. Mis tacos de pescado entraron muy bien, la verdad. Cloe estaba contenta con sus quesadillas y a Bea casi lo que más le gustó fueron los frijoles. 

Una vez terminamos, nos fuimos a un outlet, que a Bea le apetecía mucho. Nos pasamos unas tres horas dando vueltas, tomándonos un café y comprando aunque no mucho. Al final compré yo más que Bea. Cogimos unos pretzels y nos fuimos a un sitio que nos hacía mucha ilusión, sobre todo a mi. El Museo del Pinball, hacce años que quiero ir. Como a todo el mundo, la nostalgia de la niñez es algo poderoso. Y si bien los arcade es algo repicable a día de hoy, con casi cualquier hardware que se te ocurra, no así con los pinball. Esa complejidad mecanica que tienen hace que aunque te de la locura de comprarte uno, el mantenimiento que requiren es un poco locura. Así que siempre que voy a algún sitio que los tengan, me encanta pasarme tiempo allí. Y en Las Vegas hay un sitio con decenas de pinballs que disfrutar. 






Así que los tres nos pasamos allí todo el tiempo posible, básicamente hasta que nos echaron a las diez de la noche. Jugamos a todos los pinballs que pudimos. Quizás el que más éxito tuvo para Cloe es el de Star Trek: La nueva generación, pero le dimos a varios de Star Trek, Star Wars, The Mandalorian (sí, había pinballs muy modernos también), South Park, Indiana Jones, Transformers... No voy a enumerarlos todos porque la lista es muy muy larga. Jugamos también a algunos pinballs de los 70 y 80, pero para mi la época que más me gusta es ya a partir de los 90. Cuantas más rampas, modos y multiball mejor.

Un día un tanto descontrolado. Las 10 de la noche y sin cenar. Como la ciudad es algo complicada, cogimos el coche y nos metimos en el Strip para buscar un sitio donde aparcar y cenar. Acabamos aparcando en el parking del hotel Paris y, desde ahí, nos pusimos a pasear por el Strip. Cenamos unos trozos enormes de pizza, vimos el espectaculo de las fuentes del Belaggio, nos empapamos de party mood y pasamos un rato bailando de camino al coche, ya muy tarde, observando la fauna que uno puede encontrar en Las Vegas de madrugada. Mañana, rumbo a Utah!

 





 




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