Hoy era un día especial para todos, pero sobre todo para Cloe. Nuestra niña cumple 10 años. Se que es lo que se dice siempre, pero que rápido pasa el tiempo. Ella se levantó féliz, sintiendose grande y mayor. Recogimos todo y nos fuimos a desayunar a una panadería cercana llamada Schat's Bakery. Allí nos tomamos el desayuno-cumpleaños de Cloe. Ella disfrrutó de su mega cupcake con sus 10 velas y nosotros no nos quedamos atrás tampoco. Cuando rematamos felices la comida, decidimos comprar en la panadería unos bocadillos para comer por el camino hacia el Lago Tahoe.
Antes de partir, hicimos unas cuantas cosas. Lo primero, Cloe quería un imán de nevera. Está tratando de comprar uno en cada sitio relevante del viaje. Una vez lo compramos yo quería ir a una carretera pero me equivoqué de camino y acabamos en Twin Lakes. Hoy hacía un día estupendo así que decidí volar el dron un rato antes de seguir. Estuve dando vueltas sobre la zona nevada y pasándomelo bien mientras las chichas disfrutaban de hacer un dibujo sobre la nieve para que el dron lo capturase. Al final volvimos hacia la carrretera que yo queria y estaba cerradísima, así que cogimos pues la autopista 395 y seguimos carretera.
La siguiente parada era Mono Lake. Ahí aunque pudimos disfrutar de las vistas del lago, no pudimos bajar hasta él. Todos los accesos estaban cortados y la nieve estaba muy blanda para caminar por ella sin raquetas, asi que nos contentamos con jugar un rato con el dron sobre el lago y cerca de las formaciones de sal formadas por fumarolas.
Desde allí seguimos por la 395, una de las carreteras más bonitas por las que he conducido nunca. El coche que llevamos, un Jeep Grand Cherokee, se comporta de maravilla y consume bastante poco para el bicho que es, además de balancearse poco en las curvas, así que vamos todos muy cómodos por estas carreteras que serpentean entre montañas. Subimos desde Mono Lake hasta 2600m de altura, viendo el lago rodeado de nieve en todo su esplendor. Seguimos por toda esta zona montañosa hacia el norte, cuando de repente aparece un río precioso a nuestro carón. Decidimos parar a tomar los bocadillos a la vera del río, sentados en unas piedras.
Cuando terminamos seguimos camino hacia el lago Tahoe. Llegamos hacia el lago atravesando otro puuerto de montaña con unas vistas espectaculares tanto hacia el valle anterior como hacia el propio lago. La primera parada del lago fue un poco infructuosa debido a como estaba la nieve. La segunda fue mejor, parando al lado de un malecón. Fue muy surrealista la nieve separada del lago por apenas unos 50cm de arena, con gente en tumbonas sobre la nieve ya que el día era espectacular.
Desde el lago nos fuimos un rato a la zona de los remontes de la estación de esquí del lago. Tras dar unas vueltas para aparcar (la primera vez que nos pasa en el viaje), nos acercamos a la zona de tiendas donde solo nos pasamos tiempo en la de chuches. Alli ya que estaba de cumpleaños, dejamos que Cloe comprase unas cuantas cosas.
Cuando nos aburrimos decidimos coger la carretera 89 que rodea el lago. La cogimos por la parte occidental del lago, y disfrutamos de unas vistas increibles mientras alucinábamos de nuevo de la cantidad de nieve que había a ambos lados de la carretera. Llegaba ya la hora de cenar, y tras un par de opciones descartadas acabamos en sitio llamado Swiss Lakewood. Cenamos un par de buenos trozos de carne para rematar el día felices y con Cloe diciendo que había sido un día extraordinariamente feliz. Al terminar, Bea condujo hasta nuestro alojamiento en Pollock Pines, en la I50 ya saliendo del lago Tahoe hacia nuestro siguiente destino.
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