sábado, 24 de mayo de 2008

Día 8: Solothurn - Bern - Freiburg - Lausanne

Salimos hoy de Zürich con intención de acabar el día en el Lago Leman, pegados a la frontera con Francia en el oeste. La idea en estos momentos es ir rodeando Suiza por el norte, dormir en Laussane hoy, pasar dos días por la zona de Gstaad y acabar por el sur la vuelta a Suiza.

En fin, que salimos por la mañanita camino de Solothurn, capital del cantón homónimo. La guía visual del País Aguilar no nos está gustando demasiado. Quizás para alguna gente que los sitios no estén puntuados y que te guíes por las fotos pueda ser bueno, pero para nosotros no. El problema surge cuando las fotos no están demasiado bien escogidas. Ese fue el caso de Solothurn, dónde cualquiera de las fotos que he hecho yo (y me considero extremadamente mediocre fotógrafo) son mejores que las escogidas en la guía. Realmente lo de tener mapas con los sitios con colores según su importancia puede ser más atractivo que esta guía que me está pareciendo insulsa y desordenada. En fin, a lo que vamos. Solothurn es una preciosidad de ciudad barroca, con un montón de rinconcitos en los que pararte a mirar edificios, fuentes o estatuas. Además es una ciudad con un centro histórico muy tranquilo, con una cantidad de turistas prácticamente nula, y llena de gente amable. Nada más aparcar el coche en zona azul, nos dirigimos hacia el centro guiados por las agujas de la catedral neoclásica. En Suiza los comercios cierran pronto los sábados, a eso de las cinco de la tarde, así que fuimos en busca de caprichos. Lo primero es lo primero, y había que comer algo, así que nos acercamos a una pastelería con una pinta magnífica. Yo me compré un pastel de melocotón y Bea un pastel de chocolate riquísimo. Más adelante vimos unas terracita que tenía comida para llevar. Nos cogimos una salchicha de pollo que era servida en un cartón con un poco de mostaza y un cacho de pan. Llovía un poco, (no como en Coruña!) pero en Suiza parece que a nadie le importe. Quizás sea porque casi no hay humedad a pesar de la lluvia, con lo que la gente si llueve poco pasa de llevar ni siquiera una cazadora. Paraguas creo hemos visto un par de ellos nada más, aunque es cierto que no nos ha llovido de verdad todavía. Paseamos y callejeamos, y Bea se compró unas zapatos y un vestido muy chulos. Cuando se nos acabó la zona azul partimos camino del siguiente destino, Berna.

El centro Berna está lleno de edificios antiguos todos del mismo color, con las calles llenas de banderas con los escudos de la ciudad, simpre representada por los osos, que son el símbolo de la ciudad. Dejamos el coche en un parking del centro y nos fuimos a pasear, que ya quedaba poco para el cierre. Al poco de caminar nos metimos en una tienda de 5 pisos de material deportivo, a ver si encontraba unos pantalones de monte, que me di cuenta que no llevaba ninguno y todavía contmos con hacer algo de senderismo. No os penseis que era enorme, ya que las plantas eran pequeñas, pero en Berna cada casa es una tienda o un conjunto de ellas, que muestran sus productos en vitrinas de la calle para que luego vayas al piso dónde se encuentran. La tienda tenía un curioso ascensor que no paraba si no que te subías en marcha. El material dentro era cojonudo, pero muy caro. Las botas de montaña eran lo mejor de todo, super rudas y con pinta de aguantar una subida al Cervino sin despeinarse, pero no bajaban de 200€. Pensamos también en pillar unos bastones, pero tampoco bajaban de 120€ la pareja, así que habrá que buscar un decathlon en Suiza o algo xD. La ciudad estaba llena también, de pastelerías con una pinta que si viviera aquí engordaría a kilo por semana. Recorrimos arriba y abajo el centro para acabar en la catedral, sentarnos un ratito, y salir en dirección a Lausanne.

De camino al hotel, paseamos en coche por el centro de Freibourg (la de Suiza, no confundir con la que está en Alemania), que tenía una pinta magnífica, pero nos quedamaos sin tiempo. Por el camino hacia allí escapamos de la autopista y fuimos por una carretera por enmedio de granjas con vacas cargadas de pesados cencerros que pastaban por serpenteantes colinas. Recorrimos también Lausanne en coche, pasando por delante de la catedral y bajando hasta el lago, aunque en comparación con el resto de las cosas que vimos a lo largo del día no nos pareció gran cosa. Ahora a descansar en el hotel viendo, como buenos freaks que somos, Eurovision.

La ruta de hoy, creo que la pondré aqui.

3 comentarios:

Susano_Orbatros dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Susano_Orbatros dijo...

Todo muy bonito.. y yo aqui muriendo me de asco...
Os odio, fuera de mi pantalla!!!

Que son esas lineas que se ven en la catedral de berna?

Ya tengo el 100/2.8,. simplemente es la leche, pero ya lo probareis.

Salu2 y a pasarlo bien.

Sergio dijo...

Las líneas son como tanzas, no se para que servirán. Supongo que serán para evitar que ela gente salte la verja, pero ni idea