martes, 21 de diciembre de 2010

París día 2: Tour Eiffel, Invalides, Galeries Lafayette

Hoy nos despertamos con París nevado. Ayer cuando llegamos en los alrededores había nieve pero en París no. Hoy descubrimos el porqué. Resulta que no hace el suficiente frío en Paris durante el día para mantener la nieve caída. A lo largo del día se va derritiendo y en las calles a media mañana ya casi no queda. Pero por la mañana la nieve está muy blanda pero la hay, y la estampa es preciosa. Desayunamos en el hotel y nos fuimos andando un par de km bajo la nieve hacia la Tour Eiffel. Ayer por la noche cuando llegamos se veía perfectamente en la lontananza, pero hoy no se daba visto por culpa de la nevada que estaba cayendo.

En fin, que nos pusimos a caminar, bien protegidos, bajo la nevada. Suerte que vinimos al viaje provistos del material de montaña que teníamos, así que no os preocupéis si pasamos frío, que va a ser que no. Para que os hagaís una idea mi indumentaria de hoy era: calcetines de lana, botas de montaña, pantalón térmico, vaqueros, camiseta térmica, polar, chaqueta de montaña impermeable con forro térmico, gorro de lana y polar y guantes. De hecho esta mañana hasta tenía calor por momentos... Realmente hizo más frío en Londres que el que estamos pasando en París. Sigo, que me lío yo solo... En fin, que caminamos hasta llegar al Campo de Marte que estaba precioso cubierto por la nieve. Seguimos hasta llegar a la torre que estaba cerrada por el mal tiempo. Decidimos quedarnos un rato a hacer unas fotos y nos fuimos a la explanada de Les Invalides. En la explanada hay un iglesia y el museo del ejército. Realmente lo que me interesaba ver era el museo del ejército. Ya sabéis lo que me gusta la historia, y especialmente la historia militar que ha forjado imperios y reinos a lo largo de los tiempos. Lo primero que hicimos fue ir a la parte medieval donde vimos armas y armaduras pertenecientes a reyes (como las de Louis XIII). Es realmente impresionante el trabajo que tienen. El trabajo de decoración, la evolución de las juntas que permitían el movimiento y la creación de armaduras cada vez más sofisticadas para los caballos era espectacular. Tras hacer fotos y fotos descansamos en la cafetería y nos fuimos a ver la iglesia de Les Invalides. Realmente lo más interesante de la iglesia es la tumba de Napoleón Bonaparte. La iglesia sigue el estilo de otras obras contemporáneas como el Sacre Coeur de París. Cuando nos cansamos seguimos con el museo por la parte dedicada a las guerras mundiales. Realmente es la parte menos interesante del museo y de lejos. Se podría decir que no hay casi nada interesante a parte de un par de maquetas, armas y algún uniforme.  Hay mil museos mejores dedicados al tema, así que salvo que sea vuestro primer museo de este tipo os lo podéis saltar. Eso sí, la siguiente y última parte es muy muy interesante. Cubre el periodo de los siglos XVII, XVIII y XIX. En ella hay mil cosas sobre todo de la guerras napoleónicas, de la guerra de independencia americana y finaliza con armamento de la guerra contra Alemania que acabaría con la entrega de Alsacia y Lorena por parte de Francia a su rival. He de decir que el museo explica muy bien las evoluciones del armamento, las batallas decisivas y es muy didáctico, con explicaciones en francés e inglés. De ahí nos fuimos a las famosas Galeries  Lafayette del Boulevard Haussman.

Llegamos y nos fuimos derechos al último piso a sentarnos cerca de una cristalera tomando un helado. Después nos pusimos a pasear por el centro comercial (ya sabéis lo que le gustan a Bea). Particularmente lo más interesante del centro comercial es la cúpula Art Noveau. Por lo demás no os llevéis a engaño, es igualito a un Corte Inglés. La diferencia es que hay marcas distintas, pero para mi no tiene el encanto que puedan tener los centros comerciales mejores de Londres, sobre todo Selfridges, pero ni de lejos. En fin, que nos dedicamos a dar vueltas buscando regalos de navidad y comprando algunas cosas.

De allí salimos ya tarde, casi a las ocho, y nos fuimos a buscar donde cenar. Dada nuestra predilección por lo japonés nos fuimos a la zona japonesa de París, cercana al Louvre y acabamos, tras buscar un rato, en el restaurante Origami. Lo decidimos por el viejo método de meternos donde viésemos japoneses comiendo. La verdad es que cenamos estupendamente. Bea se tomó un surtido de yakitoris con sopa de miso, ensalada, encurtidos y arroz. Yo me he tomado un bento con sashimi, tofu recién hecho, yakitori, tempura, arroz y sopa de miso. De postre unos mochis de helado de vahinilla y para el hotel en metro tras tener que hacer dos trasbordos. Lo sigo diciendo, el metro de París es el más desorganizado que he visto en mi vida. Las líneas tienen muy poco sentido como están estructuradas y el metro está realmente sucio. Un desastre, vamos...

2 comentarios:

Unknown dijo...

¡Qué ben o pasades! :)

Besos desde Madrid.

Unknown dijo...

Por cierto, lo de Jose va por Buenaventura Durruti. Xa sabedes quen son.