miércoles, 22 de diciembre de 2010

París día 3: Arc de Triomphe, Champs Elysées, Orsay

Hoy se suponía que iba a llover, pero prácticamente no ha caído una gota durante todo el día. Por la noche llovió algo  nos despertamos con la acera mojada y los parques embarrados, pero no tuvimos que cubrirnos del mal tiempo. Algo de frío sí, pero lo de Londres fue muchísimo peor. Viniendo de allí no nos molesta lo más mínimo la temperatura de París. En fin, que decidimos coger un metro que nos dejase lo más cerca posible del Arc de Triomphe y nos dirigimos hasta allí. La verdad es que el arco es majo, pero lo mejor son las vistas que hay de las grandes avenidas de París desde allí. Subirse al arco vale 9€ por cabeza si sois mayores de 25 años,  es una buena subida no apta para piernas con pocas fuerzas. Pero arriba podréis ver de todo. Dicen que lo peor de la vista desde la Tour Eiffel es que no se ve la Tour Eiffel. Desde el Arc de Triomphe vais a ver la Tour Eiffel, los tejados, las avenidas, el Sacre Coeur... Nos quedamos mucho rato arriba haciendo fotos y deslumbrándonos con la vista antes de bajar para recorrer los Champs Elysées. El arco por fuera es bonito. Conmemora victorias del ejército francés, pero realmente no soy muy fan de los arcos conmemorativos. En Londres teníamos el Marble Arch al lado del apartamento y no le hice ni la primera foto. El Arc de Triomphe alguna más merece, pero tampoco me paré mucho.

Seguimos por los Champs Elysées hacia el Louvre. La avenida es bonita, pero tampoco nos ha parecido tan estupenda como quieren hacerla parecer los franceses. Es una gran avenida, con mucho tráfico, aceras anchas edificios de estilo parisino, de los que está llena la ciudad. Avenidas más pequeñas como la de la ópera podrían ser más bonitas que esta, pero la han vendido bien. Cosas del Tour, supongo. Seguimos bajando hacia el Louvre viendo tiendas. En la avenida ha varios showroom de marcas de coches, sobre todo franceses. Estuvimos viendo un prototipo de renault estupendo y varios modelos de citröen, incluyendo el C4 de rallies campeón del mundo este año. Cuando llegamos a la mitad nos encontramos con un mercado navideño. Decenas de barracas de madera  a los lados de la avenida que invitaban a comprar. Había cosas chulas pero lo que no nos gustó es que hubiera tantas barracas pero que hubiera tantas repetidas. Era como un bucle: ámbar, quesos, gorros, crepes, ámbar, quesos, gorros... Bajamos hasta las Tulleries y nos dirigimos al Louvre. Cuando llegamos nos dimos cuenta de que era martes y que hoy no abría. Decepcionados nos tomamos un crepe en la Place de la Concorde. Algo cansados, nos fuimos al museo d'Orsay. De la pintura el impresionismo siempre nos había gustado. El romanticismo, el art noveau... ¡El museo prometía! Hicimos algo de cola pero poca cosa. Al entrar una cosa buena, hay guardarropa incluido con la entrada. Cómodos nos pusimos a recorrer el museo, paso a paso. Realmente es para disfrutar, aunque no seas fan de la pintura. Como os comentaba en la entrada sobre la National Gallery no soy un entusiasta, pero hay cosas que me gusta ver. Este museo tiene grandes obras de Van Gogh, Cezane, Degas, Renoir, Toulouse-Lautrec... Todos los grandes de la época estan representados. A esto le sumamos que el museo es realmente bonito. En medio de la visita descansamos en el salón de té tomando un chocolate y un zumo antes de seguir. El salón de té era alucinante. Nos recordó por momentos a la decoración del palacio de Nymphenburg, en Munich. Nos vismos los últimos cuadros a la carrera a porque cerraba el museo y salimos. Hicimos unas compras por los alrededores. ¡Realmente nos pierden las tiendas de cosas de diseño! Ya veréis los bombones que voy a hacer :P Cuando acabamos nos fuimos al hotel a dejar las cosas antes de irnos a cenar.

Hoy teníamos reservada una mesa para cenar en un restaurante muy reconocido de París. El Ze Kitchen Gallerie es famoso por tratar de fusionar la gran cocina francesa con la cocina oriental. No os penséis que era un restaurante asiático. Simplemente el chef ha cogido la cocina de toda la vida y ha incorporado determinados ingredientes ya familiares para los paladares occidentales. Fruta de la pasión, tamarindo, wasabi, gengibre... Todo incorporado con buen hacer. Hace un año el restaurante fue galardonado con una estrella michelín con buen merecimiento. No sabemos exactamente que fue lo que más nos gustó, es muy complicado elegir. Los raviollis de dorada eran brutales, la carne (venado  y liebre) genial en combinación con el tamarindo, el cangrejo... Los postres otra mención aparte, sobre todo la tarta de castañas caliente... ¡ñam! Cansados y llenos (¿quien dice que en un restarante de cocina elaborada se pasa hambre?) nos fuimos al hotel. Mañana, último día en París. Como pasa el tiempo...

1 comentario:

Manel dijo...

permiteme que te corrija, no es "Ya veréis los bombones que voy a hacer", será "Ya tomaréis los bombones que voy a hacer"