miércoles, 22 de diciembre de 2010

París día 4: Louvre y Notre Dame

Último día real de vacaciones... nos da una pena... Han sido tantas cosas  tantas emociones, que da pena que se acaben. Pero bueno, todo lo bueno se acaba. Si lo tuviésemos todos los días no lo apreciaríamos, así que no hay mal que por bien no venga. Hoy por la mañana estaba el cielo gris amenazando con llover, pero de momento aguantaba. Desayunamos y cogimos el metro hacia el Louvre. En media hora llegamos y comenzamos la visita.

El museo es realmente impresionante, aunque quizás le falta un algo para mi gusto. Quizás es un poco caótico tal y como está ordenado, pero es una maravilla. El entorno del palacio (con sus frescos en el techo y los adornos en las paredes), las obras maestras y la enormidad de la colección lo hacen muy apetecible. Quizás lo que más me impresionó no fue ni la Mona Lisa ni nada tan conocido. Por cierto, la Mona Lisa tal y como hay que verla preferiría que la guardasen en un armario. Lo interesante para mi de un cuadro es poder verlo de cerca  y de lejos y poder admirar el trazo y como está pintado. La Mona Lisa hay que verlo a dos metros de distancia como mínimo y tiene delante un cristal antibalas muy grueso. Es como verla en una foto o por la tele. Eso sí, hay dos millones de personas delante haciéndose fotos... En fin, lo que más me gustó del museo fue una estatua de arcilla llamada "el escriba". Representa a un escriba egipcio sentado. Está excepcionalmente esculpida si consideramos que está hecha por alrededor del 2500 a.C.
 ¿Donde estábamos en europa en aquella época? ¿Y en España? Seguramente dibujando ciervitos y raspando una roca para dibujar espirales y poco más. Después de eso me ha gustado mucho el Código de Hammurabi, por su importancia histórica. Es el primer compendio de leyes de la historia y representa un hito en la evolución social humana. He de reconocer que nos paramos más en el arte antiguo que en la pintura, que a estábamos un poco cansados tras los últimos museos, pero hay que decir que la selección de pintura del museo no es la que más nos apasiona.
 
En fin, que tras unas cuantas horas en el interior paramos a tomar algo de beber y comer y salimos hacia Notre Dame. Al salir del Louvre ya era de noche y llovía. Caminamos bajo la lluvia hasta la catedral, observando el cristo de tráfico que había. Como ya era tarde no pudimos subir a la torre. Además lloviendo no veríamos nada allí arriba. Así que nos conformamos con entrar y ver la catedral por dentro, muy maja ella. Me gustó mucho el "comic" de la época contando la vida de Cristo. Cansados y algo mojados nos fuimos al hotel, parando a hacer las últimas compras de regalos navideños que espero que gusten a los afortunados.  Tras dejar las cosas en la habitación nos fuimos a cenar al restaurante de enfrente del hotel. Un rissoto de vieiras y trufa y un carré de cordero más tarde nos volvimos a la habitación a descansar. Respecto al hotel, el Concorde Monparnasse, pues correcto. Limpio y aséptico, nada que achacarle.
Quizás lo peor es la situación, a que la línea de metro que tiene cerca es poco útil y hay que ir hasta la estación de Monparnasse para poder coger una línea que te lleve a algún sitio decente. He de decir que el hotel lo cogimos aquí porque nos queda al lado de la estación de Monparnasse y mañana salimos en tren hacia Hendaya a las siete y cuarto de la mañana, con lo que queríamos estar al lado. En fin, que mañana es día de viaje y poco nuevo os vamos a contar, pero de todas formas trataré de cerrar el viaje con una entrada cuando lleguemos. Chao.

No hay comentarios: