domingo, 29 de mayo de 2016

Al otro lado del mundo: Día 18 (y 19) - El accidentado viaje de regreso

Nos levantamos a primera hora en Tokio despidiéndonos de la ciudad. Y cuando digo primera hora es a las seis menos cuarto. El vuelo salía a las 8:50 así que había que estar con mucho tiempo en Haneda para pasar todo el proceso. Cogimos el monorail y hacia allí nos dirigimos, raudos y veloces. Tras pasar el aburrido proceso de todos los aeropuertos y pasar por aduanas y entregar los papeles del tax free que realmente ni miraron para ellos (debe usted justificar que saca los objetos comprados de Japón, decía el texto del documento) nos subimos doce horas y 15 minutos a un avión bien grandote,






El vuelo, poco que contar. Sinceramente mucho mejor para mi gusto JAL que British. Mejor comida, mejores asientos, más sitio, más cuidado todo... Quizás lo único mejor de British es que había más entretenimeinto para elegir, pero a la hora de la verdad ni miré para él. Ahora mismo, con cable de electricidad nuestro tiempo se repartió entre la 3DS, el PC y la tablet. Pero por mucho que te quieras divertir, 12 horas son muchas horas. Llegamos a Londres cansados y con ganas de llegar a Coruña. Pero ete aquí que la mala fortuna (y Vueling) se cebó con nosotros. Teníamos 4 horas para hacer el trasbordo. Esas 4 horas se convirtieron en 5, luego en 7, luego en... Así, aburridos en un aeropuerto, sin poder ir a ningún lado y muertísimos de sueño. Así nos dieron las 8 y ahí cancelaron el vuelo. Nos fuimos al mostrador de ayuda de las aerolíneas y nadie de Vueling. Al final hablamos con la chica de la aerolínea del mostrador de al lado y esta nos dijo que ya había llamado al de Vueling (que ni era de Vueling, era subcontratado). Lo volvió a llamar para meterle prisa y al cabo de un rato allí estábamos haciendo el papeleo de un hotel. Finalmente nos dieron tickets de bus para llegar al hotel, habitación, cena en el hotel y desayuno.

Al día siguiente, tras dormir, de vuelta al aeropuerto. Nos habían dicho que salíamos a la una, así que llegamos a las once, sin prisas. Allí facturamos a eso de las 12, después de estar más de una hora de cola y oootra vez a pasar el control de seguridad. Y oootra vez el vuelo retrasado. Nos dan unos vales de comida por valor de 14 libras por cabeza. Con eso nos fuimos a comer a un restaurante del aeropuerto y pasamos algo el rato. Luego nos dicen que vayamos a la puerta de embarque (a eso de las 5). Nos meten en la puerta de embarque y una vez allí nos vuelven a marear y nos dicen que hay que esperar a que llegue la tripulación que viene de Barcelona. Otra hora y pico más de espera. Embarcamos, nos meten en el avión y nos dicen "oye, que vamos a tardar un rato que hay que repostar". El avión llevaba allí dos horas y se acuerdan ahora de repostar. De chiste. Pues venga, a esperar otro rato. Al final, llegamos a Coruña a las 22:30, unas 26 horas más tarde de lo previsto, muy muy cansados y con ganas de dormir.

Fue un final un tanto amargo para un viaje muy divertido. Volvermos a Japón, sin duda. Todavía tengo un par de entradas en las que contaros algunas cosillas que nos llamaron la atención en el viaje. Próximamente

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