viernes, 20 de mayo de 2016

Al otro lado del mundo: Día 15 - Pabellón Dorado y Bosque de bambú

Hoy salimos de casa a coger nuestro primer bus en Kioto. Hasta ahora todo había sido tren y metro, pero hoy tocaba coger un bus camino del Pabellón Dorado. Desayunamos con calma, vamos a la parada y el bus va a tope. No entiendo la ventaja /lógica del sistema de buses japonés. Entras por detrás y sales por delante, que es el momento en el que pagas. En Kioto se paga en una máquina, a la que hay que meterle el dinero justo. Para ayudar a este proceso la máquina es también una máquina que cambia monedas. ¿Alguien lo entiende? ¿No sería mejor que la máquina diera cambio? ¿No sería mejor pagar al entrar? Además salir por la entrada es algo complicado, ya que el pasillo es más estrecho. Menos mal que ahora con la Suica lo pagamos todo, así que no tenemos mucho problema en el proceso. Eso sí, el bus iba a tope, menos mal que la mayor parte de la gente iba al mismo sitio que nosotros.

Llegamos a la zona del Pabellón Dorado y estaba atestado de turistas. Era un tanto agobiante porque, una vez más, el calor húmedo pegaba fuerte. Había muchas excursiones escolares y muchas excursiones de chinos y era un poco locura. La verdad es que es un poco rollo el mundo de turismo de masas en el que vivimos. Hoy recordaba lo que nos metíamos en España con los turistas japoneses que no paraban de hacer fotos en todos lados. Hoy, con los móviles, es así todo el mundo. Todo el mundo quiere hacerse esa foto delante el sitio. Check. A otro lado. Palos de selfies por todos lados (en el metro haya carteles que los prohíben), atascos y algunos malos modos (sobre todo por los encargados de las excursiones de niños japoneses que querían hacer la foto sí o sí). Estuvimos dando una vuelta y, la verdad, el Pabellón Dorado en sí mismo es muy bonito.







Es un sitio precioso, pero el ambiente no ayudaba a apreciar la placided que parecía emanar del lugar. Ojo, que el sitio nos gustó, pero me toca rajar. Además volvimos a asistir a los rituales idiotas de tirar dinero porque sí, en este caso era exactamente eso, tirar el dinero.


Me escapé un segundo cuando salimos para ir a un A-TOO. Los A-TOO son unas tiendas de retrojuegos de Kioto. La que está cerca del templo dorado es algo complicada de localizar, no por su ubicación, en plena Nishioji Dori, si no porque Google maps no la muestra en caracteres occidentales (debéis buscar por エーツー 金閣寺店). Allí localizo unas cuantas cosas interesantes. Ojo, esto es una tienda de segunda mano, así que la suerte depende del día. Desde allí nos vamos a Arashiyama. Caminamos hasta la estación de JR, y luego tren hacia la estación de Saga-Arashiyama. Bajamos del tren y nos planteamos alquilar una bicicleta. La bicicleta es la protagonista de todo la ciudad, pero en esta zona lo es aún más porque se puede ver muy rápidamente así. Lo pensamos pero eran las dos y algo y no habíamos comido y las bicicletas se devuelven a las cinco, así que decidimos no hacerlo.  Mito a desmontar, en general se puede comer a cualquier hora en Kioto. Puede que no puedas ir a un supersitio tradicional del averno, pero la mayor parte de restaurantes o tienen cocina contínua o cierran a las cuatro de la tarde. Paseamos hasta el propio pueblo de Arashiyama y allí comimos en un restaurante que básicamente tenían carne de ternera nipona o tofu. Punto. Así que tres de nosotros decidimos carne y el último decidió tofu. Bufff, todo muy muy bueno. La ternera venía con una salsa muy buena, poco hecha y con sopa de miso. El tofu se cocinaba en la propia mesa, con un fuego y en caldo. Venía con una cosa llamada piel de tofu en una sopa muy rica.


En fin, como reyes salimos del restaurante a pasear por el bosque de bambú. Allí estuvimos dando vueltas mucho rato. El sitio es precioso. Una vez más, no os lo imaginéis como en las fotos, porque hay gente. Bastante, pero no era un agobio a la hora a la que fuimos.



Paseamos viendo el bosque, es impactante ver este tipo de bambú y los cierres de los caminos.




A las cinco decidimos bajar de nuevo a la zona comercial de Kioto, que nos quedaban compras de última hora y el fin del viaje se acerca.

Bajamos a la zona de las calles cubiertas y nos dimos una vuelta por unos comercios que queríamos revisitar. Hicimos alguna compra y mientras el resto paraban a tomar un café me escapé hasta el otro A-TOO (este sí sale en google maps como A-TOO). Este es mucho más céntrico y ahí además de retrogaming hay figuras de segunda mano. Encontré otra de las cosas que venía a buscar, así que estupendo. Por el camino pasé delante de una tienda de manga y anime que tenía cinco pisos y dos de ellos dedicados al cosplay. Pena de falta de tiempo. Pues nada, cuando cerró todo nos fuimos para el apartamento, a cenar de bentos del supermercado un poco de pollo y unos bollitos y cenamos los tres por unos módicos 5€. Mañana más.


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