lunes, 30 de septiembre de 2013

Tres en la carretera. Día 9. Grenoble y Marques Avenue

Tras dos días en los alrededores de Lyon, muy contentos y satisfechos, había que tomar una decisión. Lyon es una encrucijada de caminos. Es la bajada natural hacia el mediterráneo desde Suiza, el oeste de Alemania y el este de Francia. Nosotros debíamos decidir y parte de la decisión de quedarnos dos noches en el castillo fue procrastinarla. Realmente nos hace mucha ilusión volver a Suiza. Sus alpes son magníficos. Esos paisajes de montañas que parecen sacadas de un cuento y sus praderaas que asemejan jardines más que naturaleza salvaje. También está la opción de ir hacia Alemania. La selva negra nos apasiona. Esos paisajes de montañas no muy escarpadas salpicadas de lagos donde bañarse. ¡Y que decir de sus gentes, sus cervezas y sus bizcochos! Que bien se come en la selva negra. También está la opcion de volver a la costa azul. Muy agobiante en verano pero en estas épocas ya no lo es y es realmente bonita. Esos acantilados en el mar, esas carreteras serpenteantes, ese glamour... Pero, amigos, hemos tenido que renunciar a todo eso. El mal tiempo se acerca a todas esa zona. Dos o tres días de tormentas con mucha agua. Si fuéramos solos no habría problema, nos meteríamos en un museo o asaltaríamos unas tiendas. Pero para nuestra Cloe todo eso es un auténtico coñazo. Ella quiere estar en la calle, a ser posible en el colo de papá, viendo a la gente, camelándoselos y sonriéndoles. No quiere tener que estar encerrada en una burbuja de plástico. Además, el cansancio ya aprieta algo, que se suma el cuidar de un bebé a los kilómetros (ya llevamos más de 2000). Así que decidimos esquivar al mal tiempo y nos vamos en dirección a Montpellier y luego ya hacia España.

La idea del día de hoy era bien sencilla. De hecho no hemos hecho prácticamente fotos y esta va a ser una entrada de esas coñazo en las que no hay más que texto y me tenéis que aguantar si os place relatando este día. Hoy nos íbamos a Marques Avenue, un outlet de esos que están tan de moda que está lleno de marcas francesas. Como no nos apetecía atravesar Lyon dimos un rodeo que sólo nos hacía perder quince minutos y algo de dinero en gasóleo y fuimos dando la vuelta por Grenoble.

Grenoble nos encanta. Es una ciudad en un valle muy amplio rodeado de montañas impresionantes. Además es una ciudad universitaria, con lo que el ambiente es magnífico. Aparacamos en el centro y nos dedicamos a pasear buscando donde comer. Comimos finalmente en una terraza (y van nosecuantas ya) algo sencillote. Una hamburguesa y un crepe de champiñones y jamón con queso más tarde nos dimos una vuelta antes de salir hacia el outlet.

En el outlet poco que contar. Dimos una vuelta e hicimos algunas compras, la mayor parte de ellas para Cloe porque tenían unos precios magníficos y va a estar muy guapa :). Desde allí ya lo que hicimos fue hacer kilómetros, con rayos apareciendo en el horizonte, para terminar durmiendo en Montpellier, en la costa mediterránea francesa.


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