Salimos de Tokio un domingo, con el cielo despejándose. Desayunamos en su casa unos croissants y un café antes de coger el coche. Emoción por salir de Tokio por sus autopistas elevadas. Decidimos hoy ir a una villa tradicional reconstruida al norte del Fuji. Nos llevó un buen rato salir de Tokio, así que se nos hizo algo tarde.
Según nos íbamos acercando se veía el Fuji en todo su esplendor. Un día completamente despejado y precioso, donde cada dos por tres nos impresionaba. Según llegamos al pueblo paramos a comer hoto noodles, unos fideos tradicionales de la zona de kawaguchiko.
Tras la comida, un buen postre en un café. Me encantan los dangos!
No pasamos un buen rato de paseo por el pueblo, viendo las casas y entrando en las tiendas de artesanía. Cada vez que nos girábamos veíamos el Fuji en todo su esplendor.
Antes de irnos, paramos a tomar un helado.
De camino hacia el hotel en Hakone paramos en Oishi park, a hacer mas fotos del Fuji. El sitio es famoso porque a veces el lago está completamente como un plato, y se puede ver el reflejo del Fuji sobre él. No fue el caso hoy, ya que el viento hacia olas sobre el lago. Estuvimos de todas maneras un buen rato dando un paseo y disfrutando del buen tiempo.
Desde allí nos cogimos el coche y fuimos casi hora y media de carretera hasta Hakone. Dejamos las maletas en el hotel y nos fuimos a cenar. Era algo tarde y casi todos los sitios estaban cerrados, así que acabamos tomando unas hamburguesas en un café llamado Café Dining Ludera. La verdad es que las hamburguesas estaban buenérrimas.
Mañana tocará Hakone y, si el tiempo lo permite, ver más el Fuji
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