martes, 4 de abril de 2023

Roadtrip en familia - Zion National Park (2)

Ayer fue un día espectacular, pero hoy no se quedó corto. Nos levantamos y ya desayunamos en el hotel. El desayuno es del estilo que habíamos experimentado en nuestro anterior viaje. Un poco de fruta (no se que pasa pero en todos lados solo hay platanos y manzanas), un par de opciones de cereales, huevos revueltos, salchichas y una máquina de hacer gofres. Con la barriga ya llena nos preparamos a salir hacia el parque. Vimos que había mucha cola en la parada de bus y decidimos ir andando. Una vez dentro, decidimos la ruta.

La primera del dia fue Scout's outlook. Esta ruta es muy famosa porque acaba en Angel's Landing, una parte final de esta ruta que es muy espectacular y peligrosa, con caída a pico hacia ambos lados y pasos estrechos donde hay cadenas para que la gente no se caiga. De todas maneras, muere gente de cuando  en cuando. Pero no os preocupéis, el plan era quedarnos antes de la zona peligrosa. La subida comienza ligera hasta que llega a una zona de mucha pendiente y el camino va serpenteando con giros de casi 180 grados en cada curva. 








Una vez llegamos a esta parte superior nos llega un viento muy fuerte, que se calma una vez entramos en un estrecho cañón por el que discurre un arroyo. El camino sigue pegado al arroyo, con paredes de roca roja cayendo en vertical a ambos lados.  






Al final del cañón, comienza otra subida similar a la anterior, pero con giros cada muy pocos metros. Por todo el camino muy majas chipmunks curiosean a la gente, supongo que para ver si les cae algo de papar. Cansados descansamos en el mirador, con las vistas del cañón desde la altura. Da igual para donde mires, las vistas son sobrecogedoras. 









Comemos unas barritas para coger fuerzas y volvemos el camino andado hasta la parada del shuttle. A la ida hacía viento pero a la vuelta el viento es aún peor, y en algunas zonas hay que bajar la vista para evitar que la arena entre en los ojos. Sí, arena, en Zion hay bastante, supongo que debida a la erosión de la roca.

Allí, algo hambrientos, nos dirigimos a Zion Lodge a comer algo rápido. Un sandwich, un poco de fruta, un pretzel y un cacho de pizza antes de seguir camino. El tiempo enfría y el viento arrecia, pero nos subimos al bus para ir hacia donde el cañón se estrecha tanto  que ya solo es el río, el Temple of Sinawava (o el templo sin agua, como coñeaba todo el rato). Allí hay una ruta sencilla que llega hasta ese estrechamiento. De ahí en adelante hay forma de vadear el rio con equipo adecuado, pero no se puede hacer en todas lass condiciones. En fin, que cuando salimos hacia la zona se puso a llover, y ya no paró. Pero claro, teníamos equipo suficiente y decidimos seguir. La temperatura bajaba pero nos íbamos divirtiendo con la lluvia y charlando bajo ella. Acabamos el camino, hicimos unas cuantas fotos al final y volvimos dirección al hotel. 




Hacía mucho más frío ahora y empezó a nevar. Cloe y yo decidimos ir a una tienda de chuches bajo la nevada que arrreciaba. Los chicos de la tienda decían que este tiempo es súper raro en esta época del año, que parecía pleno invierno. 

Volvimos y conseguimos mesa para cenar a las 8 y media en el Bit&Spur, un bar cercano. Allí fuimos y la verdad es que cenamos muy muy bien. En esta zona la comida de bar tiene muchísimas influencias mejicanas "a su manera". Cenamos chicharrones recién hechos (cortezas de cerdo con especias nada de chicharrones de verdad), una cosa que se llamaba taquitos pero que se parecían cero a los tacos, un filete con frijoles, arroz, pico de gallo, etc para hacerte tus mini burritos y una flauta verde rellena de pollo. De postre, un key lime pie y toda la cena regada por cerveza local que estaba realmente buena. Con todo esto, y mientras se mantiene la nevada, volvemos  al hotel a planear el día de mañana y escribir este blog.






lunes, 3 de abril de 2023

Roadtrip en familia - Zion National Park

Vaya día más estupendo. Hoy salimos de LasVegas a eso de las 10 pasadas, porque ayer nos acostamos un tanto tarde. No pasa nada, el ritmo lo tiene que marcar lo que se hace. Eso sí, quizás nos hubiera gustado salir un poco más tarde pero la hora de salida del hotel eran las 10 de la mañana. Del hotel cogimos rumbo a Zion, yendo la mayor parte del rato por autopista. Nada aburrida, fue un cambio continuo de pasajes. Primero, en los alrededores de Las Vegas, yermo desolado, aunque bastante verde debido a las abundantes lluvias de las últimas semanas. Después Google Maps nos sacó un rato de la autopista para evitar un atasco. Ese atajo nos llevó por una carretera que se metía por un pequeño cañon espectacular. Desde ahí volvimos a la autopista que nos metió de nuevo un una zona de montañas que cada vez era más rojizas y abruptas. Paramos ya cerca de Zion en un supermercado donde cogimos algo de comer y agua.


Llegamos casi tres horas después a Springdale, el pueblo pegado a Zion, con un tiempo perferfecto de 21 grados y un poco de viento fresco. Según llegamos vemos carteles que nos avisan que meter el coche en Zion requiere una hora de cola. Así que lo que hacemos es ir al hotel, hacer el check in, y prepararnos para el senderismo.

Springddale tiene un sistema de buses gratuitos que te llevan a la entrada del parque. Una vez entras (y pagas la entrada), hay otro sistema de buses gratuitos que te llevan por el parque. Esto es así en bastantes parques naturales porque sería imposible proporcionar suficientes aparcamientos para tanto coche. Así que cogemos el bus tras unos 20 minutos de cola, y no teníamoos muy claro a donde dirigirnos. Muchas buenas ideas. Cloe quería ir a ver los Emerald Pools y Bea creía que lo mejor era seguir un poco más, hasta la parada llamada "The Grotto" a hacer un trail llamado Kayenta Trail, que conecta con las Emerald pools. Al final, viendo el mapa, decidimos hacer ambos.

Bajamos pues en The Grotto y empezamos a subir el camino. Las vistas de Zion que decir, absolutamente espectaculares. La subida era un camino estrecho con árboles caidos a los lados, un suelo con algo de barro y roca, pero nada exigente. 



Según seguimos avanzando empezamos a ver una cascada a lo lejos, eso eran las upper y lower Emerald pools. Las cascadas enlazaba una con otra y dada la cantiddad de agua tras las lluvias y el deshielo eran un pasada Seguimos camino, con bastante gente, hasta llegar a la bifurcación y decidimos subir a las upper. 




El camino se empinó pero nada muy dificil, simplemente con un poco de cuidado subimos hasta estar pegados a a cascada superior. Alí, con algo de agua que el viento llevaba hacia nosotros, disfrutamos de las vistas. Desde Upper Emerald bajamos de vuelta hacia la carretera, pero nos encontramos con una dificultad inespesperada. Había demasiada agua en la zona justo encima de la cascada inferior, por donde se supone que debiamos cruzar. Habia unas cadenas de seguridad, pero el agua era muy profunda. 


Un poco mas arriba de las cadenas que delimitaban el camino y servian de seguridad, el agua tenía justo la profundidad para cruzar con botas altas, asi que Cloe y yo nos aventuramos con los bastones y mucho cuidado, siguiendo zonas donde el agua no estaba tan alta y unas piedras que había colocado alguien, conseguimos muy orgullosos cruzar. Bea al tener botas bajas decidio descalzarse y cruzar con los pies cogelados, que al fin y al cabo es agua de deshielo, pero cruzó.






Poco más que contar a posteriori de la ruta, únicamente que vimos a un pájaro muy bonito, que al volver al hotel identifiqué como un Steller's Jay. Cogimos el bus de vuelta muy tarde ya, a las siete menos cuarto, y el último bus que salía por Springdale en teoría ya habría pasado. Durante el camino, la conductora del bus de Zion dice que nos esperará un bus al llegar, para llevarnos por Springdale, pero o bien no entendemos las intrucciones o no se que pasa, pero primero vamos a buscar al bus a la salida del paque y luego una persona de la compañía nos dice que no, que es dentro del parque. En fin, que entre una cosa y otra no tenemos bus al hotel, y es media hora andando. Decidimos que lo mejor será comer en la cervecería de al lado de la entrada del parque y allí nos quedamos


Tras media hora de cola nos sentamos a disfrutar de cerveza de local de Zion, esperando por nuestra comida que se hace esperar. Un par de hambuguesas (la mía de alce) y un pastrami Reuben más tarde, volvemos hacia el hotel paseando por Springdale. Poca gente por al calle pero muy disfrutable el paseo, aunque cansados ya, pero nos pasamos media hora disfrutando de una noche placentera, una temperatura agradable, aire limpio y muchas tonterías. Mañana seguiremos por la zona, veremos si aquí o en algún sitio cercano distinto. 

Roadtrip en familia - Las Vegas

 El 31 de marzo, viernes por la tarde salimos de Singapur. El tiempo no era muy allá pero nada que hicera presagiar un retraso en el aeropuerto. Pasamos inmigración, que llevaban un día complicado porque se les cayó el sistema por la mañana, y nos fuimos a descansar un rato antes de meternos en el avión. 

El viaje era un rato largo, quince horas de vuelo directo hasta Los Angeles. La verdad es por suerte reservamos con mucho tiempo y pudimos coger a un precio razonable un asiento con más sitio para las piernas que nos ayudó a tener un viaje agradable y sin contratiempos. Como anécdota, Cloe le estaba cogiendo tirria a viajar en avión estos viajes tan largos, pero este lo llevó estupendamente. Ayudó que en vez de la comida habitual le pedí un buen chicken rice y le gustó mucho. La mejor comida que haya comido nunca en un avión, nos dijo.




Aterrizamos en Los Angeles, técnicamentte el mismo día y media hora despues de salir (bendita diferencia horaria) y todo fue un poco rollo hasta llegar al coche. Primero problemas con el finger que tardaaaron un rato en arreglar. Después casi una hora para pasar inmigracion. Por último coger un bus para llegar a la compañia de alquiler. Una vez llegamos a coger el coche, nos llevó otro rato. El trámite no llevó mucho, pero una vez llegamos a coger el coche, nos daban un Jeep Wrangler. No era mal coche para ir por la montaña, pero lo malo es que no tenía una tapa del maletero y en algunas zonas de California hay problemillas de gente entrando a robar a coches. Así que tras hablar con el encargado de darnos el coche, se puso a buscar una solución. Se dio unas vueltas por el garaje y primero nos dijo que no, que no tenia ninguno, así que aceptamos el primer coche que nos offreció. Que oye, no estaba nada mal, pero simplemente teníamos algo de preocupación. Pero al cabo de un rato le dio por pensar que a lo mejor había alguno que estuvieran lavando, así que se fue a preguntar. Al cabo de un rato nos ofreció un Jeep Grand Cherokee Trailhawk, que es la versión 4x4 del SUV. Y este si cumplía todo lo que necesitábamos, tenía buen 4x4 para la nieve y tenía tapa de maletero. Además estaba bastante más equipado para una conducción cómoda.

Así que salimos con el coche de alquiler, nueve de la noche, camino de Las Vegas, a cuatro horas y media de camino. Pero antes de salir, decidimos parar en un In&Out, una famosa cadena de hamburgueserías de California. Estaba realmente cerca y era un forma de llenar el estómago con algo que queríamos probar y que es, en cierta medida, muy mítico del aeropuerto de Los Angeles. 



Con la barriga llena salimos con direccción a Las Vegas. La verdad es que el tráfico era intenso pero apenas tuvimos atasco ni incidencias. El coche la verdad es muy cómodo de conducir, tiene suspensión neumática que ayuda con los baches habituales en las carreteras americanas, y el  equipo de audio es estupendo. Así que tras un camino algo aburrido, al ser de noche, llegamos pasadas las dos de la madrugada al hotel de las Vegas, el Desert Rose Resort.

Al día siguiente, el 1 de Abril, el plan era hacer ago de compras y de intendencia. Una vez levantados, nos fuimos a echar gasolina. De allí nos metimos por zonas residenciales de Las Vegas hasta llegar a una zona comercial para ir a una tienda de senderismo de una cadena muy popular en Estados Unidos llamada REI. Alli nos pasamos la mañana buscando equipo que nos faltaba para las condiciones que nos vamos a encontrar los próximos días. Una vez  terminamos paramos a comer en una taquería llamada Wahoo's Fish Tacco. La verdad es que sin ser sobresaliente, la comida estaba rica. Mis tacos de pescado entraron muy bien, la verdad. Cloe estaba contenta con sus quesadillas y a Bea casi lo que más le gustó fueron los frijoles. 

Una vez terminamos, nos fuimos a un outlet, que a Bea le apetecía mucho. Nos pasamos unas tres horas dando vueltas, tomándonos un café y comprando aunque no mucho. Al final compré yo más que Bea. Cogimos unos pretzels y nos fuimos a un sitio que nos hacía mucha ilusión, sobre todo a mi. El Museo del Pinball, hacce años que quiero ir. Como a todo el mundo, la nostalgia de la niñez es algo poderoso. Y si bien los arcade es algo repicable a día de hoy, con casi cualquier hardware que se te ocurra, no así con los pinball. Esa complejidad mecanica que tienen hace que aunque te de la locura de comprarte uno, el mantenimiento que requiren es un poco locura. Así que siempre que voy a algún sitio que los tengan, me encanta pasarme tiempo allí. Y en Las Vegas hay un sitio con decenas de pinballs que disfrutar. 






Así que los tres nos pasamos allí todo el tiempo posible, básicamente hasta que nos echaron a las diez de la noche. Jugamos a todos los pinballs que pudimos. Quizás el que más éxito tuvo para Cloe es el de Star Trek: La nueva generación, pero le dimos a varios de Star Trek, Star Wars, The Mandalorian (sí, había pinballs muy modernos también), South Park, Indiana Jones, Transformers... No voy a enumerarlos todos porque la lista es muy muy larga. Jugamos también a algunos pinballs de los 70 y 80, pero para mi la época que más me gusta es ya a partir de los 90. Cuantas más rampas, modos y multiball mejor.

Un día un tanto descontrolado. Las 10 de la noche y sin cenar. Como la ciudad es algo complicada, cogimos el coche y nos metimos en el Strip para buscar un sitio donde aparcar y cenar. Acabamos aparcando en el parking del hotel Paris y, desde ahí, nos pusimos a pasear por el Strip. Cenamos unos trozos enormes de pizza, vimos el espectaculo de las fuentes del Belaggio, nos empapamos de party mood y pasamos un rato bailando de camino al coche, ya muy tarde, observando la fauna que uno puede encontrar en Las Vegas de madrugada. Mañana, rumbo a Utah!