lunes, 14 de septiembre de 2015

Destination Unknown Again: Stonehedge y Bath

Hoy había alguna nube más que ayer en el cielo pero nada grave. El pronóstico para hoy era nuboso sin agua, así que preparamos todo y bajamos a desayunar.
Hoy tocaba algo tradicional así que escogí desayunar kippers. Básicamente arenques ahumados en frío que luego son cocinados de maneras diversas (estos estaban escalfados). La verdad es que estaban ricos ricos pero ayuda que a mi me gusten el arenque y los ahumados mucho. Bea y Cloe fueron a lo clásico y no se pelearon con espinas. Tras el potente desayuno salimos camino de Bath pero decidimos dar un pequeño rodeo para poder ver Stonehedge, que estaba cerca y daba rabia no verlo.

Stonehedge es el típico monumento que conoce todo el mundo. Diría que es el monumento megalítico más famoso del mundo, y ese quizá sea el problema. Llegamos y en todos los alrededores había muchísimo tráfico. El parking era enorme y había muchos buses. Gente y gente por todos lados. La mayor concentración de jubiletas magufos de la historia.Se nos quitaban las ganas a cada paso. Miramos el precio: más de 20 libras por cabeza. Además lo que realmente estaría bien es poder pasear libremente por las piedas. Entiendo que deba ser protegido porque hay mucho tonto en este mundo, pero en Carnac, que es un monumento de la época muy importante también, pudimos pasear libremente. Así que decidimos no pagar y nos dimos la vuelta. Pero eh, esto debe estar cerca de una carretera - pensamos. Así que buscamos donde estaba vía google maps y pasamos muy despacito por la carretera. No lo ves tan cerca como pagando, pero lo suficiente para poder verlo y estar satisfechos de no haber perdido tanto tiempo.
 


Desde allí nos dirigimos a Bath. Bath es una ciudad inglesa muy antigua, de la época romana. Ya de aquella los moradores de estas tierras venían a la ciudad de turismo termal. La ciudad es patrimonio de la humanidad y las construcciones son todas de un mismo tipo de piedra que viene de los montes cercanos. Así que llegamos, aparcamos en un parking de corta estancia, y nos pusimos a andar.
La zona turísitca de Bath es pequeña, se anda muy bien y hay muchísima vida. Mucho turismo interior y mucha gente de la zona que va a Bath a hacer sus compras. Dimos un paseillo y nos fuimos a comer, que ya era algo tarde. Como estaba todo a tope y no queríamos dar muchas vueltas comimos en un Starbucks unos sandwiches y seguimos camino con Cloe ya durmiendo la siesta nada más salir.

Así que con Cloe durmiendo nos fuimos a ver la abadía de Bath, que resultó un sitio muy bonito aunque no llegó al nivel (ni de lejos) de las catedrales de los últimos días. Lo que sí nos resulta curioso de estos templos en inglaterra es la cantidad de homenajes a militares que hay en todos. Que si a los de la I GM , si a los de la II GM, que si a los de la batalla de tal o de pascual... Que la iglesia homenajee esto me parece de risa, pero es lo que hay. De allí salimos a dar otra vuelta por la zona de compras.
 
La calle está llena de músicos callejeros que en muchos casos no piden dinero. La calle es su escaparate y ponen carteles con su facebook. Como la niña estaba durmiendo y necesitábamos cambiar el coche de sitio fui a por él mientras Bea seguía de compras. ¡Vaya aventura salir y entrar del parking con el ticket del otro lado!

Cuando llegué Cloe ya se despertaba y nos fuimos a ver las termas. Las termas romanas de Bath tienen dos partes construidas una encima de otra.
La base, la original, data de la ocupación romana. La superior que se construyó sobre esa base es del XVIII, en plena época de admiración de la cultura clásica (romana y griega) por parte de las clases adineradas inglesas. Las termas ahora mismo son un museo y no están en uso como tal. En Bath hay otros edificios que usan las aguas que hay en el subsuelo, pero en las viejas uno no se puede bañar. Así que allí estuvimos, hablándole a Cloe de los romanos y viendo los sistemas que tenían para traer el agua, los restos de estatuas y recorriendo el edificio.


Cuando salimos de las termas dimos otra pequeña vuelta y decidimos hacer una pequeña compra en el super ya que al día siguiente ya no teníamos desayuno en el hotel.
No compramos demasiadas cosas, pero nos quedamos un buen rato curioseando por el local arriba y abajo. Eso sí, le compramos a Cloe una nueva compañera que le está encantando, la oveja Shaun. Cuando salimos ya era hora de cenar así que dejamos la compra en el coche y nos pusimos a buscar. Como no queríamos dar muchas vueltas (hoy parece que estamos pasotas) terminamos en un sito llamado Grillstock. Allí nos pusimos las botas comiendo caaaaaarne. Como tampoco queríamos pensar nos pillamos un plato para compartir con un mix de cosas de la casa. Medio costillas de cerdo, un poco de pulled pork, un poco de beef brisket y medio pollo asado. Todo esto con un montonazo de patatas, ensalada de col y unos pepinillos. De morirse lo bueno que estaba. Cloe nos acompañaba con su hamburguesita y unas patatas que comió de maravilla. Todo esto mientras sonaba buena música rock por los altavoces. Maravilloso local, como para repetir. Eso si, aviso a navegantes, todo tiene mucha sal y está muy especiado.

Paseamos otro poco al salir del restaurante, lo suficiente para que Cloe viera a un chico tocando un calypso y para que viéramos lo bonita que es Bath de noche y nos cogimos el coche para ir al hotel. Al llegar la hotel, problemón. Resulta que ayer, con las prisas, había puesto mal las fechas de la reserva y había cogido la habitación para  una noche equivocada. Al final, hablando con el gerente me dice que claro, que no tenía una habitación similar y que estaban llenos menos... la master suite. Así que negociamos un recargo (que me pareció muy razonable) y nos dieron una suite increible en la que pasar la noche. Así que no hay mal que por bien no venga y dormimos esa noche de puro lujazo.

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