lunes, 25 de diciembre de 2023

Está muy lejos Japón - Fusimi Inari

Hoy nos levantamos y Cloe se encontraba regular. El clima frio no le acaba de sentar bien y se pasa la noche roncando. Eso hace que no descanse bien, así que esta mañana estaba que no podía más y se encontraba algo mareadilla. Así que Bea se bajó de compras un rato mientras yo me quedé con Cloe en el hotel echando una siesta. Cuando Cloe se despertó estaba mucho mejor, así que nos vimos todos en Fusimi Inari para comer en el mercadillo del templo. No encontramos con Bea allí y comimos unos cuantos pinchos de carne, bolitas de pulpo y alguna cosita más que encontramos allí. Cloe siempre recuerda con mucho cariño este templo porque subió con 3 años, con 6 un buen rato, y ahora quería subirlo entero con 10. Fue ella la que quiso volver y se encontraba otra vez llena de fuerzas.

Como os digo, este templo no es la primera vez que lo subimos, así que seguro que ya os he dado la lata con los detalles en entradas anteriores. Esta vez diré que me parece buena idea subirlo por la tarde algo tarde, hay mucha menos gente. Siendo una romería, donde todo el mundo quiere hacerse fotos bajo los tori como si no hubiera nadie, es algo razonable. Subimos hasta arriba de todo, unos cuatro kilómetros, y hacia la cima comenzó a hacerse de noche. Coronamos con un cielo muy bonito, pasando a hacerse de noche de todo cuando estábamos llegando abajo. Nos pasamos un muy buen rato haciendo fotos, yendo de altar en altar, paseando bajo los cientos de tori, y disfrutando de un día frío pero seco.









Hoy el plan era cenar con nuestros amigos, así que paramos a tomar unos batidos y una merienda porque ellos llegarian tarde. Cuando terminamos salimos hacia el hotel para esperarles allí. Fue una tremenda alegría verlos de nuevo. Según dejaron la maleta, nos fuimos a cenar yakitori cerca. Tremendo festín de yakitoris variados, no solo los habituales si no también molleja, cartílago, calamar, vieira... En fin, pasamos una primera cena fantástica aunque llegamos al hotel oliendo a humo como si hubiéramos hecho una barbacoa. Y aquí termina nuestro último día en Kyoto, para comenzar unos días de terreno inexplorado con la mejor de las compañias.

No hay comentarios: