martes, 16 de abril de 2024

Sydney - El Zoo


Seguimos disfrutando de la ciudad y el buen tiempo. Bea se levantó esta mañana y se fue a desayunar con una compañera de trabajo de la oficina, mientras Cloe y yo desayunábamos en uno de los múltiples cafés que tenemos alrededor. Nos tomamos Cloe y yo unas tostadas en un café, disfrutando de la charla sobre la ciudad. Cuando Bea se despidió, después de un estupendo desayuno, la fuimos a buscar y nos fuimos hacia el Zoo. 

El Zoo de Sydney está pegado a la bahía, y se puede ir en bus o en ferry, y decidimos lo segundo. Siempre nos han gustado los barcos, así que no había duda. Por la bahía disfrutamos del sol y de la vista no sólo de la ópera, si no de los barcos del ejército australiano construidos en Ferrol que estaban atracados. Una vez llegados al zoo, nos pasamos todo el día por allí. Lo que más nos apetecía en general era ver bichos australianos, además de la fauna de la ciudad. En el Zoo puedes ver koalas, canguros, wallabys, capibaras, wonbats, decenas de pájaros y, como no, arañas y serpientes. De hecho las únicas que vimos en el país, con lo que los miedos de Cloe al respecto se disiparon. Al final entre unas cosas y otras nos pasamos el día en el zoo hasta que cerró. El zoo por cierto es bien grande, así que dedicadle el día.





Salimos de allí a eso de las cuatro y media de la tarde y cogimos el barco de vuelta. Cloe estaba bastante cansada así que fuimos al hotel a descansar cerca de una hora, antes de irnos a cenar con un amigo. Nos fuimos a pleno guirilandia, a los bares de al lado de la ópera. Pero, aunque esa zona es un poco sitio ultra turístico, es muy agradable estár tomando algo y cenando con la vista del puente a un lado y la ópera al otro, sintiendo la brisa del mar con una temperatura súper agradable.


Tras cenar, simplemente nos dimos un paseo hasta el hotel, parando un rato en una tienda de souvenirs.

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