viernes, 18 de mayo de 2018

Japón sin rumbo: Día 3 - Mikado game centre e Ikebukuro

Bonito día hoy en Tokyo. Calor de ese del que ya no nos acordamos, con una brisa fresca y sin demasiada humedad. Salimos de casa con un primer objetivo, el Mikado Game Centre.

Aquellos que me conozcáis, o que seáis seguidores del blog, sabéis de mi pasión por los videojuegos. Por los modernos, pero también por los antigüos. Una mezcla de nostalgia, de sensaciones pasadas que evocan aquellos tiempos en los que la atracción del bar era aquella recreativa. Eso que las nuevas generaciones ya no vivirán, el estar echando una partida y que venga algún desconocido a retarte. El que la gente se agolpe alrededor de aquella máquina y que los expertos te dieran consejos de como pasar aquél lugar, sin poder consultarlo en ningún otro lugar. Bueno, eso y los que trataban de robarte mientras jugabas, pero esos recuerdos ya los borras más.



Volvamos al tema, que me desvío. Hace unos días, viendo algún vídeo sobre Japón para preparar el viaje, descubrí un salón de recreativas en Tokyo que está especializado en las máquinas de las que disfrutaba mi generación. El listado es bieeeen largo, con algunos ejemplos excepcionales; Nemesis, Out Run, Space Harrier, Power Drift, Pulstar, Starblade, Marble Madness, Wonder Boy, Captain Comando, Aliens VS Predator, Fatal Fury... Una gozada. Además de clásicos había alguna cosa más moderna y una pequeña selección de pinballs, que siempre me han gustado mucho. Nos llevamos a Cloe y nos pasamos la mañana casi entera disfrutando todos de las recreativas. Lo dicho, si os gustan, no lo dudéis. Los arcades cuestan generalmente unos 100 yen por partida.





Desde allí nos fuimos a coger la Yamanote de nuevo y acabamos en Ikebukuro. Este barrio se está convirtiendo en una especie de mini Akihabara, con una pujante zona de tiendas de anime y grandes almacenes de electrónica. No es ni de lejos tan espectacular como Akihabra, pero digamos que es menos circo. Hay muchos grandes almacenes con lo último en electrónica y zonas con grandes tiendas de anime como Animate. Dimos primero un pequeño paseo por el barrio parando en un Book-off a hacer una comprita y buscando unos zapatos que nos protejan de futuras lluvias, que aunque parezca mentira en Singapur no tenemos zapatos para la lluvia. Allí si llueve mucho llevamos cosas que se mojen y sequen rápido y listo.
 





Comimos en una hamburguesería hawaiana. Se que no es muy propio, pero la verdad es que los platos de cera nos entraron por el ojillo. Así que unas ricas hamburguesas en el Sunshine City Mall que disfrutamos los tres con muchas ganas. Allí nos quedamos un ratete dando vueltas y haciendo mini compras. A Bea le alucinan las tiendas de todo a 100 yen, hay de todo. Así se nos pasó media tarde. Cuando nos aburrimos de estar encerrados, salimos a la calle de nuevo y deambulamos. Entramos en el Animate a mirar y alucinar. Lo que nos encanta de hacer compras en Tokyo es que entras en un centro comercial y no está lleno de cadenas. La mayor parte son tiendecitas que venden cosas distintas o que son muy difíciles de conseguir incluso en un sitio como Singapur. Así que tras sentarnos un rato para tomar la merienda, volvimos a un mini centro comercial en el que había desde una pequeña tienda de merchandising de Marvel a una de Evangelion, pasando por otras de vestidos de Gothic Lolita, un corner de estética rave y un café de dedicado a Bobobo. Al lado del café, un grupo hacía una performance que no terminamos de entender muy bien.





 

Al salir de este último intento, nos fuimos a buscar donde cenar. Terminamos el día en un restaurante de cinta transportadora de sushi, poniéndonos finos a nigiris y gunkan. Tras la copiosa cena, Yamanote y a la cama.

No hay comentarios: