domingo, 20 de mayo de 2018

Japón sin rumbo: Día 5 - Harajuku

Hoy dejábamos el apartamento de Tokyo. Esta noche dormimos en Kamakura, al sur de Tokyo en la playa. Me apetecía ir a Harajuku porque hace dos años estuvimos, pero muy tarde. Quería ir con tiempo. Así que hoy nos levantamos, cogimos algo para desayunar, y salimos camino de la estación de JR homónima. Al llegar dejamos la maleta y nos fuimos a pasear, primero por la famosa Takeshita Dori.
Supuestamente, algún día, Takeshita Dori, cercana al parque de Yoyogi, fue una de las cunas de las subculturas japonesas. Aquí venía la gente a comprar esos vestidos que llaman tanto la atención. La ropa más loca, las tendencias más arriesgadas, aquí. Marcas de todo el mundo visitaban la calle y sacaban ideas. De eso ahora mismo queda cerca de cero. Las tiendas de cosas para turistas de todos lados. Las tiendas de ropa de todos lados. Mucha gente, nada de chicha. Si cuando fuimos hace dos años nos pareció meh, en dos años la cosa ha ido a peor. Japón en los últimos cinco años ha pasado de diez millones de turistas al año a tener cerca de treinta. Y eso en los sitios neurálgicos se tiene que notar. Ahora es todo mucho más fácil para hacer turismo en Japón, internet ha contribuido mucho a ello. Cuando planificamos el viaje hace 7 años todo era complicado. Nada de Google Translate, nada de Google Maps. Perderse era lo normal. Nada de menús en inglés en los restaurantes. Ahora es todo más sencillo, lo que implica que hay más gente. Y oye, es lo que hay. Yo se que soy parte del problema. Yo soy uno de esos treinta millones.

De esta parte, que realmente no me gusta, salimos a la zona que buscaba. Cruzando la calle tenemos la zona de Harajuku St. La cosa aquí cambia. Si, hay muchas marcas internacionales, pero está lleno de tiendecitas locales. Es como cambiar de mundo, de los edificios altos y las calles más o menos ordenadas, al caos. Casitas sin mucho orden aparente, siguiendo callejuelas estrechas.

Pasadizos entre calles que aparecen de la nada siguiendo escaleras. Rebuscamos, pero sobre todo paseamos. Bea y Cloe se toman una soda dentro de un recipiente con forma de bombilla mientras dos chicas locales graban una reseña del sitio con unos amigos, con pinta de irlo a subir a youtube. Muy profesional. Comemos por la zona. De nuevo, en general turístico pero con pinceladas buenas. Me tomo unos udón de vicio, que riconudez. Cloe se come unas gyozas y Bea tempura. Bien en general, sin alardes pero bien.
Seguimos callejeando. Esto es bastante grande, y parece haber algo de estructura, con excepciones claro. La calle de las tiendas de zapatillas, la de la ropa de segunda mano, y así... Salimos de la zona hacia Omotesando, una arteria comercial enorme que termina en Shibuya, en su famoso cruce. Entramos en una juguetería de la zona, Kiddy Land, pero sin comprar gran cosa. Estamos ya un poco saturados. Pegado a Kiddyland está Cat Alley, otra calle comercial entre casitas. Esta parece que es la zona de la ropa de montaña y surf. Las tiendas principales de Burton, Patagonia, Columbia... Entre ellas, pequeñas tiendas de mochilas, curiosidades y comida. Comida y bebida, por doquier.
Volvemos hacia donde habíamos dejado las maletas no sin percatarnos de que los cat cafe y los dog café ya son agua pasada en el barrio. Vemos bares de serpientes, buhos, puercoespines... Tremendo. Se les va. Mucho.

Terminamos con Tokyo y cogemos un par de trenes para llegar a Kamakura. Nuestro alojamiento está bastante cerca de la zona del Buda gigante, pero decidimos parar a cenar cerca de la estación principal porque son cerca de las ocho y en estos pueblos es ya tarde. Terminamos cenando en Minemoto Komachi-dōri (este lo encontré en Google Maps así que tengo el nombre). Oye, muy bien. Cenamos en un reservado unos menús con un poco de todo. Chawanmushi, soba, arroz, sopa... La parte principal de mi plato era lengua de ternera a la parrilla y la de Bea era sashimi, pero eran bien completos. Mención especial para mi tofu, que sí, sabía a algo. Buenísimo.

Tras salir del restaurante cogimos un pequeño tranvía local y llegamos a nuestro alojamiento, a escasos metros de la playa. Mañana visitaremos la zona. Chao!

No hay comentarios: