Llegamos al pueblo y lo atravesamos para buscar donde aparcar y finalmente lo hicimos al lado de un pequeño castillo amurallado que protege la parte interior del puerto. A día de hoy Pornic parece un pueblo dedicado al turismo y la pesca. Era lunes y allí había una cantidad decente de gente que había bajado a pasear por el paseo que bordea el castilllo y que termina, curiosamente, en una heladería de la que dimos buena cuenta. Seguimos bordeando el puerto, lleno como todos de restaurantes con terrazas que es de suponer en pleno verano estén llenos a rebosar. Nos pareció curioso un cartel que encontramos de un pescador que vendía cangrejos y que mostraba a que hora aproximada llegaría ese día para comprárselos. Nos fijamos también que la marea estaba bajísima y había un montón de barcos varados en el puerto. En esta zona de la costa de Francia las mareas tienen una diferencia entre pleamar y bajamar bastante acusada y es muy espectacular ver como cambian los paisajes de una a otra. Cuando nos cansamos de caminar por el pueblo decidimos ir a buscar alguna playa cercana para pasear y descansar un rato
Comenzó siendo un blog dedicado a cubrir, según se iba produciendo, nuestro primer viaje en coche a otro país, para acabar siendo el blog donde almacenamos nuestros recuerdos y mantenemos informada a la gente del discurrir de nuestros viajes.
miércoles, 11 de mayo de 2011
Un viaje muy especial, on the road again (día 2)
Llegamos al pueblo y lo atravesamos para buscar donde aparcar y finalmente lo hicimos al lado de un pequeño castillo amurallado que protege la parte interior del puerto. A día de hoy Pornic parece un pueblo dedicado al turismo y la pesca. Era lunes y allí había una cantidad decente de gente que había bajado a pasear por el paseo que bordea el castilllo y que termina, curiosamente, en una heladería de la que dimos buena cuenta. Seguimos bordeando el puerto, lleno como todos de restaurantes con terrazas que es de suponer en pleno verano estén llenos a rebosar. Nos pareció curioso un cartel que encontramos de un pescador que vendía cangrejos y que mostraba a que hora aproximada llegaría ese día para comprárselos. Nos fijamos también que la marea estaba bajísima y había un montón de barcos varados en el puerto. En esta zona de la costa de Francia las mareas tienen una diferencia entre pleamar y bajamar bastante acusada y es muy espectacular ver como cambian los paisajes de una a otra. Cuando nos cansamos de caminar por el pueblo decidimos ir a buscar alguna playa cercana para pasear y descansar un rato
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