Otro día más, hacía frío en Alemania. Por la noche heló y el parabrisas del coche amaneció cubierto de hielo. Hoy vuelve a hacer 3ºC, pero al menos no estamos en el este de alemania, donde está nevando copiosamente. Menos mal que en Bélgica contamos que haga menos frío. En el desayuno estuvimos de parolada con el dueño del hotel, que nos contó que había estado mucho tiempo en Mallorca. También nos contó que había un gallego que era dueño de los restaurantes españoles que habíamos visto la noche anterior. Según él toda la calle que vimos son de restaurantes suyos, y parece ser que había enpezado de friegaplatos y que se había forrado cuando montó la primera cervecería que cuando te tomabas una te ponía un pincho. En uno de sus restaurantes vimos fuera un cartel de estrella galicia y parece ser que importa vinos gallegos también. Partimos a eso de las 10 en dirección a Brugge (Brujas), con algunos contratiempos (obras en holanda y caravana en Gent). Llegamos bastante tarde a la ciudad y aparcamos en el P+R. Los P+R son unos inventos cojonudos que hay en muchas ciudades europeas (y cada dia en más) que consisten en parkings en las afueras donde con el precio del parking (muy bajo) te incluyen el transporte hasta el centro. Así, por 2,5€ al día tienes parking cubierto y bus para todos los ocupantes del coche hasta el mismo centro de Brugge. Viendo que sólo eran 2,5€ y que estaba cubierto (cosa que no sabíamos), y que nuestro billete del eurostar nos incluye el viaje de Brugge a Brussels y el servicio de trenes entre ambas es magnífico, decidimos dejar el coche en el P+R y venir a buscarlo a la vuelta de Londres.
Así que cogimos el bus y nos fuimos a callejear por la ciudad. Al poco de llegar Bea encontró una tienda de bolsos de su marca favorita (Kipling) y no pudo evitar comprarse una mochila de su color para sustituir a la de Decathlon que había traido y que ya tiene unos miles de km. Estuvimos todo el día paseando, viendo los edificios y los canales, tomando gofres (aunque no compramos bombones, no me acabó de convencer ninguna tienda). La ciudad, la verdad, está chula, pero bajo nuestro punto de vista no es para tanto. Quizás sea el hecho de que parece más un parque de atracciones que una ciudad, con todo preparado para el turista y en la que sólo ves turistas y no gente local. También puede ser que estemos saturados de ver cosas bonitas, o que no nos cogió con el día, pero en este viaje ha habido cosas que nos han gustado mucho más.Así pues, cogimos el tren de las 19:00 para Brussels, que tenemos el hotel allí, al lado de la estación, y mañana madrugaremos para estar pronto en Londres. La ruta, aquí al final.
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