viernes, 9 de octubre de 2009

Día 7: Gstaad

Hoy nos levantamos y, jodidos y con tristeza descubrimos que se ha muerto mi portátil Dell XPS M1330, probablemente aquejado del problema habitual de la nvidia de este portátil, así que portátil muerto al menos hasta que pueda enviarlo a la casa. El lunes probablemente compraremos un mini portátil en Alemania, que llevávamos tiempo con ganas y no queremos seguir de viaje sin portátil.

Tras el pequenho disgusto (mierda de portátil con teclado alemán que me han dejado en recepción sin enhe y con algunas letras cambiadas) nos fuimos a desayunar un poco de todo (zumos naturales, trozos de lomo de salmón ahumado, fiambre, queso, varios panes, bollería, mermelada...). Tras el opíparo desayuno nos fuimos a pasear por la calle principal de Gstaad viendo desde tiendas de precios normales (para Suiza) hasta tiendas de lujo de grandes disenhadores y joyerías a todo trapo. Entramos, como no, en mi tienda favorita de Gstaad, von Siebenthal, una tienda de accesorios de cocina que tiene de todo. Tras babear rodeado de vajillas de a 30€ el plato, ollas de 200-300€ cada una, cuchillos de 300€ y 50000 cosas para todo (miles de moldes distintos y todos los accesorios que te puedas imaginar), compramos un par de cosillas pequenhas. Si por mi fuera compraba toda la tienda, pero Bea no me dejó...

Tras hacer las compras nos fuimos a hacer senderismo. La ídea que nos propusieron en recepción era ir al lago Arlensee, una caminata de un total de tres horas. El problema fue que nos perdimos y fuimos por el camino largo, con un desnivel bastante grande (ascendimos unos 600 metros en unos 5-6 km) y no nos dio tiempo a llegar al lago porque teníamos que volver a hacer unos tratamientos en el spa. Así que, apesadumbrados con la maldición que tenemos con los lagos, nos fuimos de vuelta al hotel. Dejamos el coche en la entrada para que nos lo metieran en el garaje y nos fuimos corriendo a ducharnos y bajar. La verdad es que después de tres horas y media monte arriba y monte abajo sienta de maravilla un masaje...

Nos quedamos en la sauna hasta que cerraron a las nueve, alternando saunas y tumbados charlando a la intemperie en unas tumbonas (el frío ni lo notas tras 15 minutos a 60 grados). Tras eso nos fuimos a la habitación a comer un lujazo de cecina suiza con queso de gstaad y pan local de una tienda de abastos del pueblo.

Manhana nos vamos a alemania y hasta el lunes por la noche (si todo va bien) no podremos escribir el blog, así que no os preocupéis si no escribimos.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Que putada mi brigada lo del portatil...
Y los lagos se os siguen resistiendo... desde luego...

Alex Martinez dijo...

Tio, pillate un EeePC aunque sea. Por cierto, el problema se llama WinVista... :P