lunes, 5 de octubre de 2009

Día 3: Riom - Annecy - Gerzensee

El tercer día volvimos a salir algo tarde del hotel. 300 km nos esperaban hasta nuestro destino, Annecy. Por el camino vimos de todo. Cruzando el macizo central vimos unos bosques muy muy espesos, tanto que a veces se diría que no se podría meter uno entre los árboles, y era tan denso que no había maleza, sólo árboles apiñados. Tras pasar esa zona cruzamos St-Etienne y Lyon rodeados de tráfico denso y caminones. Si digo que en 150 km he adelantado más de mil camiones os aseguro que no exagero nada, por momentos había 4 carriles y dos eran para los camiones...


Llegamos a Annecy, una pequeña ciudad muy turísitica, pegada a un gran lago de su mismo nombre. Aparcamos en un paking bastante curioso en frente del ayuntamiento.



El parking era en si mismo una espiral descendente dónde se aparcaba a los dos lados de la espiral, de forma que en cuanto había un sitio aparcabas y dejabas de bajar. Así la gente no andaba dándo vueltas buscando sitio, si no que los coches se iban aparcando según había sitio y no había huecos. Además, había luz natural y se subía por un ascensor que había a ambos lados de la espiral. Muy bien pensado, la verdad, y además era barato (14€ el día completo frente a los 24€ que cuesta en Coruña).
Tras aparcar el coche ya nos era hora de comer (la una y media, que nos estamos adaptando al horario local poco a poco) y buscamos la zona de los canales. Comimos dos ricas galettes (crepes de trigo sarraceno) acompañadas de una garrafa de agua de la casa. La mía de jamón de savoia (parecido al jamón serrano) y un queso de la zona. La de Bea era con champiñones, queso y jamón cocido.


Todo esto en una terraza, por supuesto, que estábamos a 20º! 14€ de cuenta por los dos! Más tarde, nos fuimos a pasear por la ciudad. Tiene una atmósfera muy atrayente, con calles anchas, bonitos soportales con amplios arcos, los canales... Subimos hasta el castillo que está en un alto pero no nos apeteció pagar la entrada y pasar mucho rato, así que bajamos buscando la catedral.

La verdad es que la catedral estaba en obras por fuera, pero por dentro ya estaba restaurada. Frente a las típicas entradas del resto de catedrales que habíamos visto (oscuras y con entradas laterales que se cierran solas), esta invitaba a entrar, con unas puertas enormes acristaladas, abiertas de par en par.


Por dentro era muy hermosa, con grandes vidrieras y sin cordones de "no pasar" por ningún lado, no esperábamos que fuera tan bonita, la verdad. Salimos de la catedral camino al paseo por la orilla del lago. Frente a él, un parque con una explanada enorme de cesped, donde los niños jugaban con los cuervos, alguna persona echaba la siesta y otros simplemente sacaban el perro a pasear. Llegando al lago a Bea se le ocurrió la idea del día; alquilar una barca! Resulta que en Francia no hace falta permiso para llevar una barca a motor en un lago, así que alquilamos una barca con motor de 10CV por el módico precio de 25€ media hora (al menos eso pensábamos, pero al final nos lo pasamos tan bien que estuvimos una hora y fueron 40€).


Tras unas brevísimas lecciones de comportamiento por parte del dueño nos fuimos en barca a recorrer el lago.


Nos dio tiempo a recorrer más de medio lago, haciento el tonto mil veces por el camino, disparando fotos y persiguiendo gaviotas con la barca. Apesadumbrados cuando se nos acababa el tiempo volvimos al embarcadero para devolverla y coger camino a Suiza.




Poco tiempo después estábamos en Suiza, pagando la vignette para las autopistas en la frontera (imposible entrar por esa frontera sin ella, te interceptan, te pasan a junto de unos empleados que te la pegan y te piden 40CHF por ella). El tráfico era muy denso porque era la hora de la gente de ir a currar. Estábamos cansados y nos fuimos a hacer algo de compra para cenar en el hotel por la noche. Así, paramos en un Coop y compramos uno de los miles de panes que tienen (este era de semillas y mezcla de harinas), algo de queso y alguna tontería (como un rallador de queso espectacular de diseño que me regaló Bea). Como siempre curioseamos por el super y compramos lo más especial que vimos, no lo dudéis. Para el postre de esta noche he comprado yogur de ... castañas! Y lo había de café! Grandes sabores que no se como no venden en España.

Salimos del Coop y nos fuimos al hotel. Esta noche toca un hotel en medio del monte, en Gerzensee, cerca de Berna. El hotel es un hotel pensado para seminarios de empresas, pero es genial. Por 170 CHF (que es caro para España pero para Suiza es un hotel de gama media-baja) tenemos una habitación enorme, con wifi, bañera enorme, balcón, kettle.... en fin, lo que uno puede necesitar, y la cama tiene una pinta magnífica!

Mañana dormiremos cerca de Interlaken (en Grindelwald) pero no sabemos que haremos. Dan dos días sin lluvia, así que intentaremos hacer lo típico de la zona, como la ruta de los tres puertos o subir al Jungfrau. La ruta de hoy, aquí.

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